Por Luis Velázquez/Expediente 2016
Una atarjea más de la cloaca administrativa y financiera de SEFIPLAN fue destapada. Otra vez, el saqueo millonario. Que el daño patrimonial en el año 2015 con Javier Duarte, JD, asciende a 14 mil 323 millones de pesos. Y con todo, una sola pregunta sigue aleteando. ¿Dónde quedó el dinero oficial?
Que hay cinco secretarías del gabinete legal involucradas. Y 16 organismos públicos descentralizados. Y seis fideicomisos.
Ok.
Pero y aun cuando la Procuraduría General de la República, PGR, investiga a JD y a su delfín, Vicente Benítez, ex Oficial Mayor de la secretaría de Educación, por enriquecimiento ilícito y peculado, la pregunta es la misma. ¿En qué programas sociales, en qué regiones, y/o en qué bolsillos pararon los recursos federales y estatales?
En el imaginario social la respuesta es la misma. Lo aseguró el diputado federal, Édgar Spinozo, a un amigo en Houston con tres palabras: “Todo nos chingamos”.
Y mientras la PGR termina la investigación, y la mitad de la población y la otra mitad apuesta a que JD y los suyos terminarían en la cárcel y devolviendo “el dinero robado”, un año después, el priista Rodrigo Medina, ex góber de Sonora, y el panista Guillermo Padrés, ex de Sonora, denunciados por sus asesores, continúan libres.
Que en la SEDARPA hay un desvío de 266 millones. Que en SEDESOL, de 431 millones. Que en la SIOP, 40 millones. Que en el Fondo Metropolitano, 504 millones. Que en el Sistema de ahorro para el Retiro, 995 millones. Etcétera. Etcétera.
Pero, ¿y en dónde terminaron los recursos federales y estatales?
Para acabar pronto:
A la Universidad Veracruzana le han retenido 2,500 millones de pesos del subsidio. Pero al momento, ninguna autoridad ha detectado el destino social del dinero, digamos, desviado, sea a través de la llamada “Operación licuadora”, sea como dice el líder del PRD, en el jineteo bursátil, sea como dicen los vecinos, en Woodlands y compañía.
LISTA NEGRA EN LA OSCURIDAD
La PGR investiga a JD y Vicente Benítez. Y la Auditoría Superior de la Federación, que interpusiera denuncias penales en su contra, dice que en las Cuentas Públicas de los años 2011, 2012, 2013 y 2014, hay irregularidades por 35 mil millones de pesos.
Ok.
Pero, entonces, ¿qué le pasó a tanto dinero, en qué fue empleado, adónde fue canalizado, qué fin tuvo, quién, quienes fueron felices con tanto billetito, qué bienes compraron, en qué parte del país o del mundo estarán depositados, en las Islas Fidji o Caimán, fueron jugados en el mundo bursátil y perdieron?
Todos los días, en la prensa escrita aparecen nuevas acusaciones, nuevas denuncias, y más, mucho más protestas.
En cada nuevo amanecer, el ciudadano se entera de más, mucho más deudas, de tal forma que luego de leer el periódico el lector queda impresionado con el relato descriptivo del presunto “desorden administrativo, caos financiero y corrupción política”.
Que las viudas de los policías muertos desfilan en marcha pacífica, porque les dieron casas, pero sin escrituras.
Que “el PRI y sus aliados intentan disfrazar millonario saqueo”.
Que “los duartistas desviaron 504 millones de pesos del Fideicomiso de Zonas Metropolitanas.
Que la UV pide embargar el World Trade Center para cobrarse “a lo chino” los 2,500 millones de pesos.
Y que de ñapa, JD intenta regalar un centro deportivo y un terreno al magnate deportivo, Fidel Kuri Grajales.
Etc.
Pero…el asunto central sigue en el limbo, en la oscuridad. ¿Dónde quedó el dinero?
Y, de pilón, las millonarias irregularidades cometidos por los presidentes municipales, donde la alcaldesa de Paso de Ovejas, Ana Rosa Valdés, fallida candidata a diputada local, encabeza la lista de las cochinadas.
“OJALÁ DUARTE ESTUVIERA PRESO”…
Antes, mucho antes de que la PGR dictamine su investigación y dictamen sobre el enriquecimiento ilícito y el peculado de JD y Vicente Benítez y 34 personas más, la población emitió su veredicto.
El góber fogoso lo habría descrito en tres palabras: “No tienen llenadera”.
También “el tío” de Nopaltepec lo retrató de la siguiente manera:
“No fue lo que yo esperaba. Hizo cosas que no tenía que hacer”.
El auditor Juan Manuel Portal lo expresó en cuatro palabras: “Ojalá Duarte estuviera preso”.
El y los suyos… se pasaron de tueste. Los abusos y excesos del poder son insólitos. El peor saqueo en la historia de los 73 gobernadores de Veracruz. Más grave, incluso: la codicia más insólita de todo el país en el México del Sistema Nacional Anticorrupción.
El daño político fue tanto que, por ejemplo, la población derrotó en las urnas el 5 de junio al PRI y entregó la gubernatura y la mayoría en el Congreso a la alianza PAN y PRD.
Podrá, digamos, la PGR apostar al tiempo y ver si el asunto envejece con un escándalo peor en el país.
Podrá Javier Duarte concluir el sexenio y desaparecer de Veracruz, totalmente enriquecido que el dinero, decía María Félix, “no es lo más importante, pero ¡cómo ayuda!”.
Pero en Los Pinos han de considerar que por delante hay seis elecciones (alcaldes, diputados locales y federales, senadores, gobernador de seis años y presidente de la república) y los estragos de Javier Duarte al PRI todavía están por venir.
Si libra la cárcel, el tricolor se hundirá en el fondo del infierno.
Si cae preso con los suyos, el priismo resucitaría…, siempre y cuando todos ellos “devuelvan el dinero robado”.
Editorial
