Desapareció papeles.
Encubre a Javier Duarte.
Por Luis Velázquez /Barandal
PASAMANOS: Es el Veracruz duartiano. Duartiano, porque en la tarea de gobernar han caído en el ridículo.
Por ejemplo, Kakfa en Yucatán: un chico de 23 años secuestra un burro y pide mil pesos de rescate. El dueño del animalito va con la policía y le asignan un gendarme vestido de civil. El joven termina preso.
Kakfa en Sayula de Alemán, Veracruz: el presidente municipal encarcela a un burro porque comió el pasto del jardín de un vecino. Ahora, el Ayuntamiento ha de darle de comer.
Kakfa en Xalapa: el Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras (egomaníaco, el ombligo del mundo, Mr. Bean) desaparece “el libro de registros de cuerpos encontrados y sin identificar de los años 200 a 2012”.
Y como el ladrón aquel que grita “detengan al ladrón”, el Fiscal lo confirma en rueda de prensa.
Se trata del extremo en el ejercicio del poder.
De entrada, el duartismo “todo se chingó” como asegura el diputado federal, Édgar Spinoso Carrera, aquel quien al inicio del sexenio obsequiara a Javier Duarte, JD, un escritorio de un millón de pesos, réplica del escritorio de John F. Kennedy en la Casa Blanca.
Ahora, de ñapa, el pitorreo en su dimensión estelar.
Y es que en los dos primeros años se registró el mayor número de desaparecidos según asegura Sara González, del Colectivo por la Paz Xalapa.
Es decir, de un plumazo borraron lo que podría llamarse la fe de actas. También, el Memorial del Recuerdo. Digamos, como si en la Secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, el sexto titular desapareciera los libros contables del sexenio.
O en el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, provocaran un cortocircuito para desaparecer los archivos con los expedientes negros de las auditorías.
“Pero lo están componiendo” dice el Fiscal, al mismo tiempo que luego del hallazgo de la fosa clandestina del duartismo en Palo Verde, anuncia que “habrá cementerios ministeriales en Xalapa y Veracruz”.
Claro, son tantos tantos tantos los muertos que el Forense está rebasado y los cadáveres los guardan en tráileres refrigerados.
Oh si Benito Juárez o Kakfa “todavía viveran”…
BALAUSTRADAS: Muchas cositas kakfianas en el duartismo.
En vez de una política de diálogo constante y cercano con la gente, el gobierno tuitero. “Yo amo al twitter” ha dicho JD. Y vía twitter ejerce el poder, ajá.
JD asegurando que en Veracruz sólo roban Frutsis, en tanto el Fiscal descubriendo que unos ladrones de Frutsis asesinaron al par de sacerdotes, iglesia “Nuestra Señora de Fátima”, en Poza Rica.
La desfachatez, pues.
84 funcionarios despedidos y enrocados, sin rendir cuentas a nadie, por JD. En SEFIPLAN, seis, porque igual que Diógenes, el góber tuitero siempre anduvo con una lámpara buscando a un secretario “como traje a la medida”.
La madriza a los viejitos pensionados en el parque Lerdo, muchos de ellos en sillas de ruedas y en muletas, reclamando el pago puntual de la pensión, y sin cheques de hule.
El secuestro de un feligrés en una iglesia del puerto jarocho.
El asesinato de un niño en Chinameca “por un pleito de cantina” según justificara el secretario de Gobierno.
El crimen de otro niño en Las Choapas únicamente porque “fue testigo de un crimen”.
El homicidio de una mujer en un hotel de paso en Córdoba con 40 puñaladas y una más en Orizaba con 20 puñaladas.
El bebé de un año asesinado en brazos de su madre en una congregación de Paso de Ovejas.
La compra de medio Woodlands por los duartistas, descubierta como su paraíso terrenal.
15 años construyendo el Túnel Sumergido de Coatzacoalcos.
La ideóloga educativa, Dominga Xóchilt Tress, como funcionaria duartista.
Kakfa en Veracruz.
Damián Alcázar, quien vive en Xalapa, tiene material de sobra para filmar con Luis Estrada un nuevo infierno en la tierra jarocha.
ESCALERAS: El Fiscal dirá misa, pero ni su abuelita cree la versión de que los libros de registro de los cadáveres encontrados en los años 2011 a 2012… se perdieron.
Peor tantito, porque “El señor Justicia” ha de creer que la población cree a ciegas su palabra.
Ha sido el colmo.
Frívolo, igual que muchos duartistas, gentleman, metrosexual, ha dicho “no soy mayate”. Por el contrario, es turbulento, capaz de desaparecer archivos de los muertos con tal de quedar bien con su amigo y jefe, quien le cumpliera su más grande sueño de la Fiscalía, además, por nueve años.
Además, ya descubrió el caminito para lavar el nombre de JD, pues por aquí hay desaparecidos y marchas pacíficas de protesta, en automático se adelanta y asegura, sin tener información concreta y específica, que la delincuencia organizada es la culpable.
Y, entonces, la Procuraduría General de la República atrae el caso, el último con Génesis, la estudiante de la FACICO, y tres jóvenes más.
¡Qué fácil y con qué desfachatez!
Nada fácil será que se solidarice con el senador panista, Jorge Luis Preciado, para empujar la iniciativa de ley que permita armarse a cada mexicano, de tal manera que si un vecino cae mal, ni modo, cada quien se haga justicia por mano propia y lo descuente.
En nombre del Veracruz sórdido y siniestro que Javier Duarte dejará…la culpa será de Kakfa, aquel que convirtió a Gregorio Samsa en una cucaracha voladora en su viaje onírico.
Editorial
