Michael Bay ha conseguido enmendar su error. En la primera entrega de Transformers, con la que consiguió unos más que merecidos 700 millones de dólares, el señor Bay nos sorprendió gratamente al llevarnos al cine, de una manera bastante aceptable, aquellos inolvidables juguetes y después serie de dibujos animados de Hasbro. La segunda entrega, a pesar de superar con más de 100 millones de dólares a la primera, recibió multitud de golpes por parte del público y crítica, basándose en una clara falta de argumento, en batallas por doquier y multitud de efectos visuales sin más sentido. Parece ser que Michael Bay es un hombre que aprende de sus errores y, en El Lado Oscuro de La Luna ha sabido ajustar en cada uno de sus 157 minutos de duración la cantidad justa de argumento y de batalla desenfrenada.
UN PEQUEÑO PASO PARA EL HOMBRE, UN GRAN SALTO PARA LA HUMANIDAD
Esta conocidísima frase es la que da comienzo y en la que se basa el argumento de Transformers: El Lado Oscuro de la Luna. Bay nos ofrece una interpretación -un tanto libre- del ‘verdadero’ motivo de la carrera espacial estadounidense, la cual culminó en 1969 con el alunizaje del Apolo 11, así como intentos similares por parte de Rusia. Al parecer, una nave de origen extraterrestre impactó en nuestro satélite varios años antes del primer alunizaje humano. Por ello, las naciones más importantes del momento comenzaron una carrera para llegar primero a la Luna, con motivos sellados con el famoso top secret. Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr. y Michael ‘Buzz’ Collins serán los primero en tomar contacto con los Autobots, sin saber lo que esto supondría.
Pero pasaron los años y la Luna fue olvidada… O eso creíamos. En la actualidad Sam Witwicky ha dejado de ser un héroe y busca trabajo mientras es mantenido por su novia, la espectacular (y no me refiero a sus dotes como actriz) Rosie Huntington-Whiteley; a la vez que los Autobots viajan por el mundo junto a una división especial de humanos resolviendo multitud de conflictos. Mientras tanto, en el otro lado el mundo, en lo más profundo de África la amenaza Decepticon se está gestando nuevamente.
CON UN ARGUMENTO BIEN REPARTIDO
Y es que en Transformers: El Lado Oscuro de la Luna cada cosa tiene su momento. Aproximadamente durante la primera hora de la película (de las casi dos horas y media que dura) nos relatarán qué es eso tan misterioso y que en su momento causó tanto interés por parte de Estados Unidos y Rusia escondido en la cara oculta de la Luna. Investigación, viajes espaciales y traiciones es lo que nos ocupará la primera mitad de la película y donde la acción se reparte con cuentagotas.
Durante la segunda parte es todo muy distinto: Michael Bay da rienda suelta a toda la adrenalina condensada, con un enorme despliegue de robots luchando despiadadamente unos con otros, con Chicago prácticamente destruida como telón de fondo.
UN REPARTO CON MUCHAS CURVAS
Los actores siguen la tónica de las entregas anteriores. Encabezando el cartel encontramos a Shia Labeouf, ya veterano en esto de luchar entre robots, el personaje que más facilidad tiene para empezar una pelea allá por donde se encuentre. Su interpretación, para bien o para mal, es idéntica a la de entregas anteriores, por lo que habrá partes en la que él tome el mando de la acción como único protagonista dispuesto a salvar a su amada, mientras que en otro momentos quedará totalmente eclipsado por Optimus Prime, Bumblebee y el resto de los Transformers, siendo simplemente un pelele que los robots lanzan y atrapan cual pelota de playa.
En sustitución de Megan Fox y encarnando a la dama en apuros de la función nos encontramos a Rosie Huntington-Whiteley, un personaje que bien poco pinta en esta película. Su intervención se resume en aparecer de vez en cuando con modelitos muy cortos y ajustados, de esos que cuanta más carne enseñes, mejor. Aunque pensándolo mejor, su registro también de extiende a ser la pobre chica secuestrada como seguro por parte de los malos, y a la que hay que salvar. En poco más ‘destaca’ el nuevo fichaje femenino. Como dato curioso, en el doblaje español le han puesto la misma voz (o muy, muy parecida) a la que en su día tuvo Megan Fox.
En cuanto al resto del cartel humano, poco más que decir sobre Josh Duhamel, John Turturro (quien sigue en su gran papel de chulo y loco de las conspiraciones), Tyrese Gibson, Patrick Dempsey o incluso John Malkovich, quienes gozan de papeles muy secundarios y aparecen y desaparecen según necesite ayuda o no Labeouf. Aún así, sus papeles complementan (aunque sea por poco) la trama de la historia en cada uno de sus puntos fuertes.
Por último, destacar al elenco robot, quienes tienen más profundidad como personajes que muchos a los que estamos acostumbrados en otros filmes. A la cabeza Optimus Prime, un líder más que carismático que sabe qué hacer en cada momento, Bumblebee (a quien incluso se le llega a coger cariño, y eso que no habla), Megatrón (quien poco protagonismo tiene en esta entrega) o al nuevo Sentinel Prime. Nos hartaremos de ver robots por doquier, aunque desaparecerán de nuestra mente tan rápido como han aparecido. Un punto negativo a destacar en este aspecto es el del malo Shockwave, robot que ha recibido una enorme promoción como en nuevo villano de la función, y sin embargo su participación se reduce a unos escasos minutos (en los que ni siquiera habla).
UN DESPLIGUE DE EFECTOS A LA ALTURA DE LOS ROBOT
Es así. Michael Bay parece haberlo dado todo en esta última entrega ya que, si bien es en la segunda parte de la película, las batallas y la destrucción de la ciudad son bestiales. Ya sea por los aires, en un mano a mano o arrancándose la cabeza mutuamente, los detalles de los robots son impresionantes (tanto que a veces llegamos a perder el sentido de la proporción en los robots).
En los efectos se echa el resto, se deja fluir toda la adrenalina que poco a poco se va gestando durante la primera parte de la película y además, y lo más importante, en su justa medida y bien utilizados (destacando la escena en la que un inmenso robot parte, literalmente, por la mitad un rascacielos).
Destacar también es uso y juego que hace Michael Bay de la luz y los colores, recurso muy presente siempre en sus películas y que le da una gran calidad visual a las escenas.
EN DEFINITIVA…
Teniendo siempre presente ante el tipo de película que no encontramos (de carácter muy comercial), Transformers: El Lado Oscuro de la Luna corrige los errores de la anterior entrega y promete hacernos pasar un buen rato, con interpretaciones un tanto libres de sucesos de la Historia Universal, corrupción, traiciones, adrenalina e impresionantes batallas, además de alegrarnos la vista con multitud de curvas, tanto por sus coches de gama alta como por la protagonista. (Nosologeekes beta.com)