Por Ramón Rodríguez Rangel/ Puerto de Tuxpan
Hoy se celebra el día de la Libertad de Expresión, requisito insalvable de cualquier sistema que se precie de democrático; en Veracruz habrá desayunos, comidas, conferencias y reuniones donde se festejará como si existiera, los enemigos de la democracia serán precisamente los que más se vanaglorien de ella.
La Libertad de Expresión surgió como una libertad de los más débiles contra los poderosos, sin embargo ha terminado como una de las banderas del poder, del poder dictatorial y autoritario, que usa la vestimenta que más le sirve para tratar de legitimar, lo ilegitimo.
La comparsa la hacen los mismos medios de comunicación, quienes “tienden la tramoya”, son mass media “medios de comunicación de masas”, emisores de mensajes destinados a grandes multitudes de gente diversa “masa pastelera”, susceptible de adquirir la forma que quiera dársele, resaltó Escarpit, malogrando eso que según Habermas nos constituye como seres humanos: la acción comunicativa.
Contrariamente al discurso oficial en Veracruz, se ha vivido en una isla dentro del desarrollo democrático del país, lo que ha propiciado la perdida de libertades, de libertad de expresión entre ellas.
La mejor forma que ha tenido el gobierno del Estado de promover la libertad de expresión, es terminando con la impunidad y aclarando los cobardes asesinatos de periodistas como Regina Martínez, corresponsal de Proceso, asesinada en su casa, no basta presentar a los “presuntos” homicidas del periodista Gregorio Jiménez.
Si realmente reconoce los valores de la Libertad de Expresión y la democracia, debe terminar con la impunidad manifiesta de los autores materiales e intelectuales de los asesinatos de periodistas, hecho que ha distinguido a la entidad como la más peligrosa del país para el ejercicio periodístico.
Deben de terminar las campañas periodísticas contra los que disienten políticamente, que alimentan o promueven el canibalismo político y la balcanización política, debe de resurgir la tolerancia como premisa democrática en el Estado, el hacerlo así le conferiría a Veracruz un grado más de civilización y no el último lugar en el ejercicio democrático.
Son los poderes económico y político, quienes tienen a través del monopolio de la publicidad, la capacidad real para expresarse y dominar el universo mediático; está claro que tanto el capital como el mercado no buscan producir individuos libres o autónomos, capaces de pensar por sí mismos y de expresar libremente lo que piensan, sino más bien conformados por las ideas dominantes.
Por ello en este día de la Libertad de Expresión, quienes realmente la promueven, deben promover valores como el respeto a los que piensan diferente, todos los valores democráticos que pueden llegar a configurar un Estado verdaderamente libre, donde la libertad de expresión no sea solo una quimera.
Los periodistas tenemos la insoslayable responsabilidad social de ejercer la Libertad de Expresión aún con los riesgos y peligros que hacer esto en Veracruz representa.
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