Desiertos blancos. Ríos rojos. Bosques de piedra. Pozos que nunca dejan de echar fuego. Lugares que asombran
Abc España
1. Desierto blanco. Egipto
Un todoterreno de uno de los safaris que visitan el Desierto Blanco
Son lugares difíciles de creer, pero muy reales. La web TripAdvisor acaba de hacer pública su selección de 20 lugares del mundo surrealistas y fuera de lo común. Son los paisajes más fascinantes, por extraños, del planeta, destinos a los que hay que acudir con varias tarjetas de memoria para no dejar de disparar fotos.
El primero de ellos es el Desierto Blanco, en Egipto, situado a unos 45 km al norte de la ciudad de Farafra, al oeste del país. Como se ve en la foto, tiene un color blanco, con toques crema, y reúne enormes formaciones de rocas cretácicas creadas como resultado de tormentas de arena y la acción del viento, talladas año a año. Sorprende porque nada tiene que ver con las grandes extensiones de arenas y dunas amarillentas que podríamos imaginar. No hay otro desierto en el mundo con estas hermosas y místicas formaciones de roca, que a veces parecen gigantescas setas y otras grandes cantos.
El desierto blanco y el oasis del Bahareya forman parte de una excursión habitual desde El Cario, haciendo noche en un campamento en el desierto.
2. Caño Cristales, Colombia
Dicen que es el río más bello del mundo. No hay que pensar en el Amazonas, sino en un rincón más pequeño y sorprendente, por eso los lugareños le llaman «caño». No llega a 100 kilómetros de largo ni tiene más de 20 m de ancho. Está muy cerca del municipio de La Macarena, en el departamento del Meta (en el interior de Colombia: ver mapa).
La serranía de la Macarena es una reserva natural cuya riqueza se debe a que allí confluyen elementos andinos amazónicos y el Orinoco, e innumerables cursos de agua que descienden por las empinadas vertientes. Entre ellos, Caño Cristales, también conocido como el «Río de los cinco colores» (amarillo, azul, verde, rojo y negro), el tono de las algas que crecen en este cauce. Al disminuir el agua en verano, el sol seca la macarenia clavígera, planta así identificada por el biólogo Jesús Idroibo y que es la que da el color rojo predominante del caño.
3. The Wave, Arizona. Estados Unidos
Paisaje de olas en Coyote Buttes
The Wave (La Ola) es una formación rocosa de arenisca -situada en la reserva de Paria Canyon-Vermilion Cliffs Wilderness (Arizona)- que data del periodo Jurásico. Es un paisaje de formas onduladas a modo de ola y colores anaranjados y rojizos. Originariamente era un conjunto de dunas que con el paso del tiempo y la erosión provocada por el vierno y la lluvia se transformaron en roca sólida. No es fácil visitar esta zona, ya que requiere un permiso previo para un número de plazas limitado. Hay que solicitarlo en esta web, y participar en una lotería para conseguir una plaza. En verano, las temperaturas son altas, de forma que no es la mejor época para visitar estas tierras.
La foto que ilustra estas líneas se tomó en la zona de Coyote Buttes (las excursiones de Coyote Buttes del Norte y Coyote Buttes sur requieren permiso). En cuanto a la coloración variable de las areniscas, tiene que ver con los diferentes pigmentos de óxido de hierro en cada capa de arenisca.
4. Capillas de mármol. Chile
Este santuario de la Naturaleza se halla en las costas del Lago General Carrera, en la región de Aysén, a 171 kilómetros al suroeste de Puerto Ibáñez (Chile). Seguramente, es una de las fotografías más espectaculares de toda la Patagonia Aysén. Estas elevaciones acantiladas, formadas durante millones de años gracias a la erosión del agua del lago pueden visitarse cuando las aguas están a un nivel bajo. Desde Puerto Tranquilo se organizan excursiones en pequeños botes para menos de diez personas.
5. La Gran Fuente Prismática. Yellowstone. EE. UU.
La Gran Fuente Prismática, en el Parque Nacional Yellowstone, es la mayor fuente de aguas termales en Estados Unidos, y la tercera más grande del mundo. Se encuentra en la cuenca del Midway Geyser en el estado de Wyoming. Sus colores vivos son el resultado de bacterias pigmentadas en las biopelículas que crecen alrededor de los bordes de las aguas ricas en minerales. Esas bacterias producen colores que van del verde al rojo.
6. Parque Nacional de Badlands, Dakota del Sur. EE. UU.
El Parque Nacional de Badlands reúne un espectacular conjunto de montañas, paisajes erosionados y prados fabulosos. El agua ha sido clave para formar este escenario teatral, de una belleza agreste, situado en Dakota del Sur. Ha servido para tallar las rocas a lo largo de cientos de miles de años. En esta zona hay centenares de huesos fosilizados: contiene los yacimientos de fósiles del Oligoceno más ricos del mundo, de entre 28 y 37 millones de años. Es Monumento Nacional desde 1939. En la actualidad deambulan por estas tierras el bisonte, el carnero de las montañas Rocosas, los hurones de patas negras en peligro de extinción y el zorro veloz.
7. Huanglong. China
En Huanglong Scenic Area encontramos el glaciar más oriental de China y la cascada travertina más larga del mundo, repartida en diferentes saltos a lo largo de 7 kilómetros de valle. Huanglong, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1992 y reserva de la biosfera desde 2000, está en la parte noroeste de la provincia de Sichuan, China, a más de 3.000 metros de altitud. La ruta, más allá de la altura, es relativamente fácil, porque se puede subir en un teleférico y bajar andando. Son espectaculares sus terrazas formadas por depósitos de calcita, sobre todo en Huanglongou (el Camino del Dragón Amarillo), y también sus diversos ecosistemas forestales, picos coronados de nieve, cascadas y fuentes termales. Muchos turistas acuden hasta allí porque es el hogar de diversas especies en peligro de extinción, como el panda gigante y el mono dorado sichuan de nariz chata.
8. Pozo de Darvaza. Turkmenistán
La puerta del infierno, en Darvaza, en abril de 2010
Al cráter de Darvaza se le llama también La puerta del infierno, y no sin razón. En realidad, se trata de una antigua prospección de gas situada en el gran desierto de Karakum, cerca de la pequeña aldea de Darvaza, en Turkmenistán. Este desierto, que ocupa el 70% del país, es muy rico en petróleo y gas natural. En cuanto al agujero en cuestión, tiene 60 metros de diámetro y 20 de profundidad, y se formó en 1971 durante unas obras de prospección de gas de geólogos soviéticos. Buscaban un yacimiento de gas natural, cuando dieron con una caverna subterránea que provocó el desmoronamiento de la excavación. Nadie sabe durante cuánto tiempo continuará ardiendo esta boca de fuego.
9. Desierto de Atacama
Observatorio de La Silla, a 2.400 metros, en el sur del desierto de Atacama, Chile
El desierto de Atacama, el más seco del mundo, es un espectáculo de salares, termas y geisers, grandes minas de cobre y otros minerales. Nadie que lo visita queda indiferente ante esta belleza aparentemente inhóspita. Este es también uno de los lugares más conocidos del mundo por la nitidez y limpieza de sus cielos, entre otras cosas porque no llueve 300 noches al año. En el altiplano de Atacama y de la zona andina de Coquimbo, los cielos se muestran asombrosamente despejados. El turismo astronómico es una pequeña joya, cada vez más demandada. Por ejemplo, en el observatorio de Paranal, al este de San Pedro de Atacama y a 2.600 metros de altitud. Se puede visitar durante los dos últimos fines de semana del mes, excepto en diciembre. O el de Cerro Tololo, a 87 kilómetros de La Serena, en pleno Valle de Elqui.
10. Valle de la Luna. Brasil
Un turista en el Vale da Lua
El Valle de la Luna está en el Parque Nacional Chapada dos Veadeiros, en el estado brasilero de Goiás. Allí encontramos formaciones rocosas erosionadas por las aguas del río Sao Miguel que recuerdan un paisaje lunar. De ahí su nombre. Forman piscinas y grutas muy fotogénicas. Brasil es un paraíso para los fans del ecoturismo, aunque este lugar, en concreto, quizá sea de los menos conocidos. Estos parques albergan la flora, fauna y hábitats característicos del «cerrado», uno de los ecosistemas tropicales más antiguos y diversificados del mundo, y por estas razones protegido por la Unesco.
11. Gran agujero azul. Belice
Tiene más de 300 metros de ancho y 123 metros de profundidad. Está cerca del centro del arrecife Lighthouse, un pequeño atolón ubicado a 100 kilómetros de la costa continental y la Ciudad de Belice, en el Caribe. En cuanto a su origen, parece era un sistema de cuevas de piedra caliza durante el último período glacial, cuando los niveles del mar eran mucho más bajos. Cuando acabó la glaciación, hace 12.000 años, las cuevas se inundaron y el techo se derrumbó. Es el fenómeno más grande del mundo en su género, considerado por ello Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. La sima es una meca para los buceadores, por el entorno y porque en su interior hay muchas especies de peces, esponjas y corales.
12. Piscinas naturales de Pamukkale, Turquía
Quizá sean las piscinas naturales de agua caliente más conocidas por turistas de todos los países.Debido al desgaste que estaba sufriendo esta maravilla natural, no solo se construyeron piscinas artificiales para que los visitantes se siguieran bañando, sino que se demolieron los hoteles a pie de terraza y se blanquearon muchas zonas. La piedra caliza dibuja un paisaje que hoy es Patrimonio de la Humanidad. Visto de lejos en pleno verano, el contraste es hipnótico, ya que parece haberse detenido el tiempo en inverno: una estampa nevada salpicada de témpanos de hielo. La visita se completa con un paseo por Hierápolis, una ciudad construida en lo alto de este «castillo de algodón» en la que se conservan restos arqueológicos en buen estado.
13. Sossusvlei: las dunas rojas de Namibia
La famosa duna 45, en el desierto de Namibia
Las dunas de arena que rodean el salar de Sossusvlei, en el desierto de Namib, pueden ser las más altas del mundo. Seguramente será así, pero lo que es seguro es que son las vistas más espectaculares de Namibia. Situadas en el parque de Namib Naukluft, el área protegida más grande de África, a unos 60 kilómetros de la zona de acampada de Sesriem, son una postal inconfundible para millones de viajeros. La mejor hora para verlas es cuando sale o cuando se pone el sol. Entonces los colores muestran su intensidad máxima, sobre todo en la famosa duna 45. El salar tiene más de 5 millones de años, alimentado por el río Tsauchab. Es fácil encontrar en Sossusvlei lagos vivos después de un episodio de lluvias y ver en ellos alguna de las 180 especies de aves que se han encontrado en el Namib.
14. Wai-O-Tapu, Nueva Zelanda
Champagne Pool, en la zona de Wai-O-Tapu
Wai-O-Tapu es una zona activa geotermal situada al norte de la caldera Reproroa, en la zona volcánica de Taupo, en Nueva Zelanda. Se trata de un tramo de unos ocho kilómetros, cerca de la carretera de Taupo a Rotorua. En el recorrido turístico encontramos muchos manantiales de agua caliente, que destacan por su aspecto colorido; piscinas de barro en ebullición, géisers (el Lady Knox Geyser, un chorro de agua de hasta 20 metros de altura), un cráter humeante… Un espectáculo de la naturaleza. El agua de alguna de esas piscinas, como la Champagne Pool, bulle a 74 grados centígrados. En la región termal hay otros lugares para visitar, además de Wai-O-Tapu, como Waikite, Te Puia y Waimangu.
15. Desierto de los Pináculos. Australia
Pinnacles Desert, con la luz del atardecer
Los pináculos son formaciones de piedra caliza, que ahora forman parte del Parque Nacional de Nambung, cerca de la ciudad de Cervantes, al Oeste de Australia. Muy cerca, el azul del cercano océano Índico, en una zona de la costa situada a tres horas en coche desde Perth. Este peculiar desierto de monolitos era desconocido incluso para los australianos hasta los años 60 del pasado siglo, cuando pasó a formar parte del citado parque nacional. Hay miles de pináculos, de hasta cuatro metros de altura, y su silueta al atardecer es verdaderamente impresionante.
16. Lago Mono, California
Mono Lake -en el parque Yosemite, al este de California- es un lago grande y poco profundo, formado tras erupción volcánica hace al menos 760.000 años, el lago más viejo en Norteamérica. Según los expertos de la Nasa, este lugar tiene una cierta semejanza al Cráter Gusev, en Marte. El lago empezó a quedarse sin agua a mediados del siglo pasado, para cubrir las necesidades de Los Ángeles. El aumento de los niveles de salinidad y de arsénico acabó con la vida de la mayoría de las especies que allí tenían su hogar, aunque prosperaron otras como un crustáceo del género artemia y la mosca alcalina. Sus columnas de toba calcárea (una roca calina muy porosa) son espectaculares.
17. Colinas de chocolate, Filipinas
En un horizonte de unos 50 kilómetros cuadrados hay 1.776 colinas o montículos (aunque hay distintas cifras, esta es la que utiliza la Unesco) con forma de conos convertidos en un símbolo turístico en Filipinas. El espectáculo es ciertamente original y llamativo. Durante una parte del año, el césped cubre las colinas, que en la época seca se tornan marrones. Es entonces cuando cobra sentido su sobrenombre, colinas de chocolate. Casi todas tienen una altura muy parecida, una formación geológica inusual. Están en Bohol, la décima isla más larga de Filipinas. Es Monumento Geológico Nacional desde 1988, y está en la lista de aspirantes a los lugares protegidos por la Unesco.
18. Calzada del Gigante. Irlanda
Otro fenómeno asombroso es la Calzada del Gigante, en el corndado de Antrim, Irlanda del Norte, un área de unas 40.000 columnas de basalto creadas a partir del enfriamiento de la lava hace unos 60 millones de años. Resulta difícil imaginarlo, pero nos encontramos antes 40.000 columnas hexagonales de basalto que se deslizan hacia el mar como escalones arropados por la espuma de las olas. La costa de la calzada incluye además playas, muchas de ellas perfectas para hacer surf, los restos del castillo de Dunluce y un altísimo puente de cuerda (unos 25 metros sobre el nivel del mar) llamado Carrick-a-Rede.
19. Bosque de Piedra. Yunnan. China
El «bosque de piedra» de Shilin, en la región de Yunnan, es un fenómeno natural extraordinario, una referencia geológica mundial. Un paisaje inigualable de rocas talladas durante millones de años por el viento y la lluvia. Los geólogos explican que es un ejemplo típico de la topografía kárstica. Hace unos 270 millones años esta región era mar. Con el tiempo, se retiraron las aguas y nació un paisaje de piedra caliza erosionado por la lluvia y el viento hasta tomar el pasiaje actual.
20. Isla de Socotra, Yemen
Este archipiélago integrado por cuatro islas y dos islotes rocosos se halla a 250 km de la costa africana, y es excepcional por la gran riqueza y diversidad de su flora y fauna. Es uno de las islas de origen continental más aisladas del mundo. Ese aislamiento geológico, el intenso calor y la falta de agua han dado lugar a una flora endémica interesante y vulnerable a los cambios. El 37% de sus 825 especies de plantas, el 90% de los reptiles y el 95% de los caracoles terrestres no se dan en ninguna otra parte del mundo. Sus poblaciones de aves terrestres y marinas; los corales, los peces costeros… Todo ayuda a crear un entorno mágino y en gran medida desconocido.
8 comentarios en «Los paisajes más extrañamente bellos del planeta»