“Pueblito”
Por Ramón Rodríguez Rangel
Hace apenas unos meses la “sociedad tuxpeña” se conmocionó porque en la telenovela que se filmó en este puerto, protagonizada por Livia Brito y Juan Diego Covarrubias, hacía referencia a Tuxpan como un pueblo, cundió la indignación, ¡vaya! hasta el mismísimo presidente municipal Bardomiano Priego ordenó su directora de turismo Leticia Bisteni, que hiciera un exhorto a todas las compañías cinematográficas para que si llegasen a filmar aquí, nunca jamás le volvieran a decir pueblo a esta “gran ciudad”.
Lo que los indignados tuxpeños no ven es que no hace falta que en la telenovela del canal de las estrellas le digan pueblo a Tuxpan, para que lo sea, la realidad muestra que aunque está a punto de ser una ciudad metropolitana, por su número de habitantes, su fisonomía, y sobre todo la actitud de la mayoría de los lugareños la configuran como un verdadero pueblo y no una ciudad.
No hace falta ver que llueva un poco para ver convertidas las calles de “la ciudad”, no en una alberca al estancarse el agua fluvial, sino en un verdadero chiquero, donde el agua y el lodo se mezclan por falta de una verdadera ingeniería hidráulica en la urbanización o en la pavimentación de calles, en el boulevard a solo metro y medio del rio, por falta de salidas de agua de las calles, esta se estanca a tal grado que justo en frente del palacio municipal es todo una proeza cruzar la avenida.
Como en los pueblitos, en Tuxpan hay una cantina cada cuadra, es más, ya no en el primer cuadro, en el contorno de la presidencia municipal hay cinco o seis cantinas más otros expendios de vinos y cerveza, no hay una librería, pero si multiplicados los centros de vicio.
El Hospital Civil parece una clínica para indigentes, los enfermos están tirados en los pasillos esperando el milagro de ser atendidos, las clínicas de la sierra de Chicontepec a pesar de sus carencias están en mejor estado que este nosocomio.
Tuxpan no es un pueblo, sin embargo peor que muchos pueblitos de Veracruz y de México, alrededor de 40 mil personas carecen de agua entubada y drenaje sanitario, a pesar que este es un derecho elemental según la ONU para toda la ciudadanía, la falta de estos servicios son factores que contribuyen a configurar la pobreza en un determinado lugar.
Pero además no obstante que Tuxpan no es un pueblo, sino una gran ciudad, el agua entubada llega solo a las casas dos o tres veces por semana, en un sistema de tandeos, propio de un pueblito, pero no de una ciudad turística e industrial, como Tuxpan, donde el servicio de agua potable permanente es una necesidad.
La vialidad en este puerto, está muy lejana de la de una gran ciudad, como pueblo hay un verdadero caos vial en las dos o tres principales calles, por falta de verdaderas obras de comunicaciones y desarrollo urbano, no hay infraestructura para el crecimiento, los fines de semana con unos cuantos carros de más que llegan a Tuxpan, se colapsa la vialidad y eso que todavía no se termina la autopista México-Tuxpan.
Por otra parte la actitud general de los tuxpeños, no está cambiando, el chisme, la intriga y el descalificativo, son los deportes favoritos, como en los pueblos, falta una verdadera actitud de ciudadanía, más participación política, cívica y cultural, para transformar verdaderamente la aldea o el pueblo, falta el surgimiento de una nueva actitud más humana y menos instintiva, más solidaria, más fraternal.
Debemos de preocuparnos por todos los asuntos de la ciudad y del municipio, de nuestra colonia y nuestro barrio, no solo de nuestro patio y nuestra casa, debemos alentar el triunfo de los demás y apoyar al que lo necesite para salir adelante, debemos saber que el triunfo de los demás, que el triunfo de la comunidad, que el triunfo de Tuxpan, es nuestro triunfo.
Cuando pensemos de esta manera, Tuxpan estará empezando a dar el salto, de aldea o pueblo a una verdadera ciudad, el cambio depende de todos nosotros.