Fue una fuga, deslucida y anticipada pero fuga al fin. El impresentable exgobernante estatal aceptó un cargo de cuarta categoría en la diplomacia mexicana y no se lo ofrecieron, lo suplicó.
Por Andrés Timoteo/ Texto Irreverente
Recurrió por medio de personeros al mismo innombrable de los innombrables, Carlos Salinas de Gortari para que su sobrina Claudia Ruiz Massie, que está al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), le tendiera una ruta de escape. Para abandonar el barco antes de que el chalán que dejó en el timón, Javier Duarte de Ochoa, lo termine de hundir.
Nadie se diga extrañado, es lo que hace este tipo de fauna cuando la barca comienza a hacer agua y el naufragio es inminente. Son los primeros que se saltan y huyen antes de que la marea azote. Por eso, el consulado, casi honorario, en Barcelona, España, no es un premio ni el exilio ni un castigo es un refugio –el que quiso darle el peñismo-.
También es falso que lo hayan alejado de Veracruz para que no intervenga en el proceso electoral del año venidero. De ser así también hubieran enviado al extranjero a Duarte y a casi todo su gabinete, diputados locales y federales que le rinden cuentas.
No, la entrega de ese consulado, casi a escondidas y al cuarto para las doce, es para que tenga un pretexto de estar lejos de Veracruz cuando se produzca el cambio político y decidan investigarlo penalmente. Desde ahora el panista Miguel Ángel Yunes Linares tendrá que poner a su equipo de asesores jurídicos para que encuentren la forma de activar y hacer efectivo el mecanismo de extradición para diciembre del 2016 o lo primeros meses del 2017.
Y en su caso, el priísta José Yunes Zorrilla también tendrá que buscar la forma de pedir la extracción del impresentable, si es que llega a encabezar el gobierno estatal y si se atreve a cumplir su arenga de que castigará a los saqueadores del erario. Entonces, los protagonistas de la lucha electoral tendrán que desempolvar los apuntes de derecho internacional y releer los 43 artículos que tiene el Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal que firmaron en 1978 el reino de España y el gobierno de México.
El mismo fue ratificado en 1980 por el entonces Rey Don Juan Carlos de Borbón padre y antecesor en el trono del actual monarca, Felipe VI y actualizado en 1995. De entrada los primeros tres artículos hacen posible que el innombrable sea extraditado si las autoridades mexicanas así lo solicitan por la vía diplomática y hay materia para ello pues los delitos que cometió en Veracruz son graves y la pena que merecen rebasa el año de prisión. De hecho, si se suman todas las iniquidades que hizo le correspondería como mil años de cárcel. ¿O no?.
Por supuesto tendrán que poner atención para que aplique el artículo 17 de dicho tratado, el cual contempla la detención preventiva en España para evitar que huya a otro punto del globo terráqueo, a una nación que no tenga el convenio de extradición con México. No hay que olvidar a una hora de vuelo en avión esta Irlanda cuyo gobierno que no tiene tratado de extradición y donde vivió un tiempo el mismo Salinas de Gortari precisamente para evitar una deportación durante el sexenio de su sucesor, Ernesto Zedillo.
Vendrá pues un ejercicio jurídico importante, el próximo gobernador veracruzano sea azul o tricolor deberá insoslayablemente explorar esa vía penal-diplomática para traer al impresentable de regreso y obligarlo a rinda cuentas por los ilícitos cometidos. Caso adicional será el proceso, quizá de extradición también, contra Duarte de Ochoa si este decide huir a una de sus residencias adquiridas en Estados Unidos o España.
Por lo pronto, no faltan mexicanos residentes en Barcelona que están dispuestos a enviar una carta a la alcaldesa Ada Colau Ballado para repudie la llegada del oscuro personaje al consulado. La edil Coalu Ballado está haciendo historia en la ciudad catalana más importante de España no solo por haber ganado las elecciones municipales en junio pasado, postulada por una coalición de fuerzas ciudadanas llamada Barcelona en Comú, – entre ellas el Movimiento de los Indignados – sino también porque su administración se distingue por una posición firme y sin tapujos contra los políticos corruptos.
A la señora Coalu se le relatará en la misiva todas las malas artes –que incluye pactos con el hampa- y el saqueo financiero que el impresentable hizo en Veracruz para que se pronuncie al respecto. Habrá que esperar si lo cumplen los mexicanos radicados en la tierra de Gaudí. Por lo pronto, la recomendación que ya hacen a los connacionales que necesiten acudir a las oficinas consulares a partir de la próxima semana es que cuiden sus carteras y billeteras, y eviten ir con joyas auténticas o llamativas porque pueden salir desplumados.
¿SE CAYÓ EL ARBOLITO?
Y hablando de desplumados, aumenta la versión de que al tuxpeño, Alberto Silva Ramos se le cayó el arbolito –como dice la popular canción- y ahora dormirá en el suelo como cualquier animal. Es decir, el Pavo Real no llegaría a la dirigencia estatal del PRI mientras los senadores José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa no se plieguen y acepten el tradicional “cierre de filas”. Historias de villanos, pues, y que van para largo.
Respecto a Yunes Landa, éste debería de solicitar de una vez su licencia al Senado pues se la pasa en la grilla local y no asiste ni a pasar lista en la cámara alta. Dejó botada la comisión de Protección Civil. Ayer, por ejemplo, fue el Día Internacional contra los Desastres Naturales y ni siquiera acudió a los eventos formales sobre el tema. Estuvo en el sur de Veracruz respirando por la herida, es decir, declarando en contra de su antiguo aliado, Duarte de Ochoa, ese que hace unos días le dio el cañazo. Sin pudor, Yunes Landa cobra sin trabajar y ni la curul calienta.
Por otro lado, al gobierno del mexiquense Enrique Peña Nieto tampoco le cuaja nada. Ahora tuvo que retirar el aire al anuncio promocional de sus “reformas estructurales”. Son tan burdos que ni para engañar sirven. El spot denominado “Ya chole” causó más repudio que aceptación por todas las mentiras que implica, y a Los Pinos no le quedó otra que detener su difusión. Ni siquiera los caros publicistas que pagan logran revertir la animadversión y descrédito que Peña Nieto provoca en las mayorías.