Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo
El pasado 9 de agosto en una prestigiada librería de la ciudad de Xalapa, se desarrolló la 6ª presentación del libro y última para Xalapa: La participación de las Mujeres del PRI en la vida política de México (1929-2010): avances, rupturas y cuentas por saldar”, de mi autoría y como las otras 5 presentaciones que se han realizado, dentro y fuera del Estado, ésta lo fue igualmente importante, sensible e inolvidable.
Con un panel de lujo, con presentadores de la talla del: Lic. Alfredo Bielma Villanueva, de la Dra. Petra Armenta Ramírez y del Mtro. Héctor Yunes Landa, con la conducción de una reconocida poetisa de fama internacional y sobre todo amiga, Ely Núñez y Valdez, con la participación virtuosa de la joven arpista veracruzana: Cristina Cabrera, que ha llevado sus sublimes acordes a todas las partes del mundo y la presencia de invitados especiales representativos de las empresas, del periodismo, de la cultura y de la política, resultó una velada en verdad espléndida.
Y para aquellos que se la perdieron, hablo un poco de este documento, para que si les interesa adquirirlo éste queda a la venta en una librería de la calle de Úrsulo Galván de esta ciudad.
El libro nos lleva al pasado y a un recorrido lleno de datos interesantes hasta la primera década del siglo XXI intentando confirmar o eliminar mitos. Inicia situándonos en el México de fines de siglo XIX y principio del siglo XX, en el que prevalecía una cultura predominantemente masculina, por no decir machista, y no fue fácil para las pioneras de la lucha de causas sociales en un inicio y posteriormente políticas, emprender ese esfuerzo que culminó con importantes logros a favor no solo de las mujeres del PRI, sino a favor de todas las mexicanas.
Pero dichos movimientos femeniles (y aquí eliminamos el primer mito) , no empiezan con el primer referente del PRI ( el Partido Nacional Revolucionario, PNR-1929), sino mucho antes con la presencia de personajes emblemáticas en la lucha de la independencia (1810), con las iniciativas de mujeres periodistas o escritoras(1857 a 1910), con la presencia de mujeres combativas que participaron en los movimientos laborales de las huelgas de Cananea (1906) y Río Blanco (1907) que se enfrentaron a los esbirros del Porfiriato; con las mujeres que enarbolaron la causa del anti-reeleccionismo como Carmen Cerdán y las revolucionarias de los movimientos armados y civiles (1910); con la apertura de la Universidad Nacional de México (1910) para que las mujeres ingresaran a los centros de educación superior. Así mismo, con los movimientos de las liberales del sureste del país que realizaron las primeras Asambleas Nacionales femeniles como la de Yucatán en 1916 y que en función de ello, surgió la primera mujer que ocupara un cargo edilicio, Rosa Torres G. como regidora del Ayuntamiento de Mérida y las primeras diputadas en ese estado como Elvia Carrillo Puerto y Raquel Azib, a las que les fueron desconocidos sus triunfos a la caída del gobierno (1923), casos que se repitieron en San Luís Potosí , Guerrero y en Veracruz (1924 a 1928).
Y continua la narrativa aceptando las primeras voces autónomas femeninas que aprendían apenas a trabajar e forma organizada, como el Frente Nacional Pro-derechos de la Mujer (FNPDM) en 1929, que unió los intereses de mujeres de diferentes ideologías y tendencias políticas. Las mujeres que participaban en sus ligas campesinas y sindicatos obreros, se unieron al nacimiento en 1929 del primer referente del PRI, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), que surge como una necesidad política de lo que acontecía en el país y los movimientos femeniles ahí se encausaron y lograron en breve un espacio propio dentro de éste. En 1934, logran una Sección Femenil en su Comité Nacional; en 1935 el FNPDM, se une a las filas del PNR y se fortalece el espacio. Esa fuerza les fragua pues en 1936, se impulsa a Aurora Meza Andraca como la primera Presidenta Municipal en el país y en Latinoamérica, siéndolo por Chilpancingo, Guerrero. Por ello las pioneras de esta lucha merecen todo el reconocimiento en el libro, porque aun con grandes obstáculos culturales no desistieron en sus propósitos; por el contrario, acometieran con mayor fuerza su lucha y lograron que poco a poco se les reconociera y con ello ver reflejados logros importantes en el plano local y nacional.
Con el tiempo este espacio cambia de denominación en diferentes etapas de la historia: de Dirección de Acción Femenil en 1938 con el PRM (Partido de la Revolución Mexicana) a Secretaria de Acción Femenil en 1946 al nacer el PRI (Partido Revolucionario Institucional). Todos estos espacios eran emblemáticos de un esfuerzo constante; porque no era fácil provocar esos cambios al interior de un partido que no había madurado aún y eso hacía que surgieran obstáculos para el avance de sus mujeres y aun así la lucha nunca cesó y se consiguieron logros muy valiosos tales como: el derecho al voto municipal (1946) y Universal (1953) con Margarita García Flores como su dirigente. Posterior a ese hecho, la democracia mexicana se fortaleció enormemente pues se le dio el reconocimiento al otro 50 % de la población y permitió impulsar a la primera diputada federal: Aurora Jiménez de Palacios de Baja California Norte (1954) y en 1964, las primeras senadoras de la República, Maria Lavalle Urbina (Campeche) y Alicia Arellano Tapia (Sonora).
Después de ello vino otra etapa para las mexicanas que participaban en política. La reforma constitucional al art. 4º para establecer la igualdad entre hombres y mujeres mexicanos (1974); la creación de la ANFER (1974) con Hilda Anderson Nevares, que da inicio a la etapa de autonomía en las organizaciones femeniles dentro del PRI. La organización de la primera Conferencia mundial de la Mujer, siendo México el país anfitrión (1975). El impulso a la primera Secretaria de Estado en la cartera de Turismo, en la persona de Rosa Luz Alegría (1976), el surgimiento de la primera mujer Gobernadora en el país por el PRI, correspondiéndole a Griselda Álvarez Ponce de León (1979) por el Estado de Colima y el incremento de la presencia de las mujeres en las diputaciones federales, locales, en el poder judicial y en los gabinetes federales y estatales.
Igualmente, las reformas a las políticas públicas para implementar el Programa Nacional de Integración de la Mujer al Desarrollo dependiente de CONAPO, organismo de la Secretaría de Gobernación (1980); el Plan de Acción de México para integrar a las mujeres al desarrollo (1981-1982); la formación de las Unidades Agrícolas e Industriales para la Mujer (UAIM-1981). El impulso de la segunda mujer gobernadora, ahora por Tlaxcala con Beatriz Paredes Rangel (1987). La creación del Programa de Mujeres en Solidaridad (1988) que fue la antesala para que años después en 1995, se creara el Programa Nacional de la mujer (PRONAM). En 1991, la presencia de la tercera gobernadora del PRI ahora en Yucatán, por ministerio de Ley, Dulce María Sauri y un hecho significativo y relevante en 1994, cuando María de los Ángeles Moreno se convierte en la primera mujer Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional de un partido político en México y Latinoamérica y es en el PRI, a partir de ahí le seguirían en ese encargo Dulce María Sauri (2000) y Beatriz Paredes Rangel (2007).
Avances importantes a partir de 1996, se dan con las modificación al COFIPE para incluir un transitorio que promoviera la participación de las mujeres, evitando la sobrerrepresentación de un género sobre otro en los cargos de elección popular y esto se logra en la 56 legislatura (1996), misma de que la autora formó parte. En 1997, surge la cuarta mujer que gobierna una entidad, en este caso le corresponde al Partido de la Revolución Democrática (PRD) con Rosario Robles Berlanga que sustituye a su titular en el Gobierno del DF.
Para el año 2000, cuando acontece la transición del PRI al PAN en el gobierno federal, se crea el Instituto Nacional de la Mujer. Igualmente las nuevas reformas al COFIPE en materia de género, que dio origen a que en los siguientes Congresos federales, mujeres de todos los partidos lograran la medida de que “ningún género debía rebasar el 70 % de los cargos de elección popular”, que a través de los años permitió llegar hasta la obligatoriedad de los partidos para que se cumplieran con las cuotas, a riesgo de negarles el registro de candidaturas (2002). En 2004, surge una nueva gobernadora, la quinta a nivel nacional y la segunda del PRD, Amalia García Medina en su natal Zacatecas.
Por el PAN, no ha existido ninguna gobernadora, ni dirigente de partido nacional, pero sí se ha impulsado a 7 mujeres en Secretarias de Estado. Josefina Vázquez Mota, Secretaria de Desarrollo Social (2000-2006) y Secretaria de Educación, (2006-2009), Bertha Leticia Navarro Ochoa, Secretaria Turismo (2000-2003), Beatriz Zavala Peniche , Secretaria de Desarrollo Social (2006-2008), Ana Teresa Aranda, Secretaria de Desarrollo Social (2006 10 meses), María Teresa Herrera Tello, Secretaría de la Reforma Agraria (2000-2003), Patricia Espinosa Cantellano, Secretaria de Relaciones Exteriores (2006 a la fecha), Georgina Kessel Martínez, Secretaria de Energía (2006- 2011). Como igualmente el PRI ha incorporado a 7 mujeres a los gabinetes federales: Rosa Luz Alegría, Secretaria de Turismo (1976-1982), María de los Ángeles Moreno Uriegas, Secretaria de Pesca (1988-1994), María Elena Vázquez Nava, Contralora General (1988-1994), Norma Samaniego, Secretaria de la Contraloría (1994-1995), Julia Carabias Lillo, Secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (1994-2000); Silvia Hernández, Secretaria Turismo (1994-1997), Rosario Green Macías, Secretaria de Relaciones Exteriores (1998-2000).
A partir de 2005, se genera una última etapa de logros, tales como: la paridad estatutaria que otorga el PRI a sus mujeres, en donde “todos los cargos de partido y de representación debe aceptarse un 50 % para cada género”, reforma única en el país y en Latinoamérica. Punto que por cierto aun no se cumple en muchas partes del país por el argumento de las alianzas que hacen que las reglas del juego cambien. Así mismo en 2006, la creación de la Ley secundaria del artículo 4º constitucional que prevé la igualdad entre hombres y mujeres mexicanos; la Ley General (secundaria) de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia (2007). Y de los últimos logros, el impulso a la sexta gobernadora en el País, Ivonne Ortega Pacheco por Yucatán (2007), la cuarta del PRI. La última reforma del COFIPE (2008), con el establecimiento de la proporción del 40 % de candidaturas propietarias de un mismo género y la excepción para las candidaturas de mayoría relativa estableciéndose sanción a los partidos, como el negar el registro en caso de incumplimiento de los artículos respectivos.
Todos, logros que las mujeres mexicanas pueden presumir. Pero… no todo son flores en el camino.
Está la etapa dura y difícil en esta historia, como el hecho de reconocer y hacer que los lectores hagan consciencia, que no obstante que hay avances en el plano general, existen cuentas por saldar para las mujeres del PRI y para las mujeres de México en lo general. No sería justo suponer o afirmar en el discurso, que el hecho de que existan mujeres mexicanas en los centros universitarios o destacando en posiciones relevantes en los partidos políticos, en los espacios legislativos, en la administración pública, en el Poder Judicial, en el sector privado, etc., la justicia haya llegado para todas por igual. Eso obliga a las que han llegado o tienen todo, a voltear la mirada hacia las que tienen poco o simplemente las que no tienen nada. Retos que ahora tienen las mujeres del presente con las nuevas generaciones y con la nación.
Por eso, el libro se convierte en un homenaje a todas esas generaciones de mujeres que han dejado su contribución y esperanza dentro o fuera de los muros de los edificios de los partidos políticos, de los espacios que componen los centros educativos, en las organizaciones sociales y en el sector público y privado; así como las que participan a través del ejercicio libre de su profesión y aquellas que aún sin formación, cumplen un extraordinario papel en el seno de sus familias.
Pero principalmente dedicado, a quienes han asumido el reto de ganar la batalla a los problemas cotidianos, las que sufren desigualdades económicas, culturales y sociales; las han cumplido con dignidad su papel de mujeres y de políticas, pero principalmente… para LAS QUE HAN TENIDO EL VALOR DE LEVANTAR LA VOZ FRENTE A LA INJUSTICIA Y LA IMPOSICIÓN EN CADA MOMENTO DE LA HISTORIA.
Por eso, por todo lo que hay que decir, bien ha valido la pena escribir.
Gracias y hasta la próxima.
Programa.———- Una primera etapa de formación hacia la participación en los movimientos sociales y políticos teniendo que vencer al finalizar la segunda década del siglo XX, limitaciones principalmente culturales.
El poder lograrlo les implica descubrirse como sujeto activo, con capacidades y habilidades para ser gestora y creadora de beneficios propios y para las de su gremio.
- Recoge información valiosa ya editada, enriqueciéndose con datos actualizados y con testimonios de protagonistas que dieron fe con su presencia de lo que ahí está escrito. Llevando la historia hasta el final de la primera década del presente siglo.
- Permite identificar la aportación de las mujeres mexicanas, a través del tiempo, en logros académicos, constitucionales, estatutarios, no sólo del PRI sino también de quienes han participado en los movimientos sociales y políticos a favor de México.
- Permite comparar también, la acción de las mujeres priístas en el tiempo con las mujeres de otros partidos, eliminando mitos. Entendiéndose porque éstas tienen un mérito mayor, como corresponsables de generar iniciativas, gestionar su avance y darle seguimiento a los logros para impulsar hechos de vanguardia, logros de los que ahora gozamos todas las mujeres mexicanas.
- Entender porque las mujeres mexicanas se han empoderado, es decir por qué han desarrollo habilidades y capacidades para hacer política social o de gobierno de altura , ser autónomas abriéndose camino por sí mismas y valoradas en su experiencia , mereciendo ya estar en los espacios de decisión, ofreciendo resultados a la sociedad para fomentar el principio de la confianza y de la credibilidad en el actuar de las políticos.
- Permite reconocer , que las priístas han contribuido con su esfuerzo a hacer más grande la democracia mexicana; no siendo fácil para ellas enfrentarse a la dinámica de un Partido que fue madurando lentamente en materia de género, (no exclusivo del PRI), mismo que finalmente ha entendido que dando a las mujeres el lugar que merecen respetando su formas autodirectivas y normas internas de organización y fomentando a su favor las políticas públicas gubernamentales necesarias para su desarrollo, le genera beneficios como partido y como sociedad.
- Permite finalmente conocer la historia y al reconocer en el tiempo los errores y aciertos la democracia mexicana se fortalece: Y en ese esfuerzo los partidos políticos inteligentes comparten con sus mujeres objetivos y metas, para continuar conservándose como institución política eficaz, buscando triunfar para hacer mejor las cosas y ser dignos de la confianza de la sociedad en su conjunto.