Inestabilidad priista

NUEVE PRESIDENTES EN EL CDE DEL PRI

Si en cinco años y dos meses, Javier Duarte ha despedido y enrocado a 82 funcionarios en el gabinete legal y ampliado, sin rendir cuentas a nadie, su peor inestabilidad emocional y política ha estado en el CDE del tricolor.

Por Luis Velázquez/Expediente 2016

Así, y hacia el final del mandato habrá terminado con nueve presidentes, a reserva, claro, de que luego de la elección de gobernador asestara otro manotazo, quizá, acaso, para dar una probadita de gloria a algún desesperado, digamos, y solo para ampliar su currículo.

Se diría que ningún otro gobernador ha alcanzado tales niveles de bipolaridad y de berrinches.

En el llamado sexenio próspero muchos han sido los llamados al partidazo, entre ellos, Jorge Carvallo Delfín, en cuya elección municipal, el tricolor pasara de los 155 Ayuntamientos que manejaba a solo 83.

Pero también Érick Lagos Hernández, bajo cuya égida el PRI perdiera 106 alcaldías.

Por ahí, además, desfilaron Héctor Yunes Landa, Ranulfo Márquez, Elizabeth Morales, Érika Ayala, Alfredo Ferrari y Alberto Silva Ramos, el penúltimo, y quien, está claro, llegó al partido solo para buscar la candidatura a gobernador, cuando se trataba de una derrota anunciada.

Pero, bueno, el mesianismo es tan canijo que todas las neuronas pierden su función básica, que es la de volver prudentes, serenos y fríos, muy fríos, a los seres humanos.

En total, ocho presidentes, más el noveno, que será, dicen los enterados, Felipe Amadeo Flores Espinoza, quien ya fuera líder priista, y de nuevo, insólito, porque en los días previos se la jugaba con todo por el senador Pepe Yunes Zorrilla.

Quizá, acaso, despachará en el trono rojo con Héctor Yunes Landa de candidato a la mini, y quien lo destapara como su amigo entrañable y de confianza junto con Jorge Moreno Puga y Ricardo Ahued Bardahuil.

Tal cual, y si es cierto que cuando hay candidato el gobernador en funciones pierde fuerza, entonces, Flores Espinoza será presidente de aquí a cuando, si gana, Héctor tome posesión y le fuera ofrecida una nueva oportunidad.

No obstante, bien pudiera Felipe Amadeo quedarse en el trono rojo, porque a los pocos meses, digamos, unos 5, marzo 2017, las pasiones políticas estarán encendidas con los aspirantes y suspirantes a las presidencias municipales a partir del año 2018, en que de acuerdo con la ley, los alcaldes podrán reelegirse durante 20 años consecutivos.

Y por tanto, más, mucho ganaría Amadeo en el partido que en algún cargo del gabinete legal, donde iniciado a los 27 años como agente del Ministerio Público, sexenio de Rafael Hernández Ochoa, ha ocupado todos los cargos públicos, menos la gubernatura.

MAL KARMA

Con todo, resulta sintomática la inestabilidad política y emocional de Javier Duarte, JD, para tantos bandazos con 9 presidentes en el partidazo.

Y más por lo siguiente que hablaría de un mal karma, una mala vibra.

Con Jorge Carvallo, por ejemplo, ha terminado distante, pues hasta la última hora fue el más rejego para la candidatura de unidad, luego de que, incluso, JD lo había excluido.

Héctor Yunes le marcó la raya desde el año 2010 y también Ranulfo Márquez, quien ha sido destapado para incorporarse a la campaña de Yunes Landa, quien nunca fuera candidato de JD.

Érika Ayala agarró su propio camino, y más ahora como senadora que será de aquí al año 2018, suficiente para enrolarse en el altiplano político.

Elizabeth Morales salió convencida de que la dejaron perder como candidata a la diputación federal por segunda ocasión.

Según las versiones, Alberto Silva terminó seguro de que a JD le faltó enjundia para ungirlo su candidato priista a la mini, y más, luego de tanto tanto tanto incienso que “El cisne” le tirara, al grado, por ejemplo, de comprar pleito con el panista Miguel Ángel Yunes Linares, quien de ganar la gubernatura lo tendrá en la mira para la cárcel.

Felipe Amadeo Flores Espinoza renunció a la procuraduría General de Justicia y terminó al lado de su amigo Emilio Chuayffet Chemor, secretario de Educación Pública, en un cargo federal en la SEDATU, y a su renuncia, ni modo, también se fue, y ahora, Héctor Yunes lo rescata.

La historia es canija. Se repite como tragedia o comedia, y en el caso de JD, como las dos cosas.

Tanta revolcada en el CDE del PRI para que el mayor número de presidentes condecorados por el góber terminaran distanciados.

DEMASIADO RESENTIMIENTO CONTRA JD

82 funcionarios del gabinete legal y ampliado removidos, entre ellos, seis en la SEFIPLAN, cinco en la SIOP, cuatro en Desarrollo Social, cuatro en la secretaría General de Gobierno, tres en Desarrollo Económico, etcétera.

Más los nueve presidentes en el CDE del PRI… suman demasiadas razones para que pocos, limitados, políticos estén agradecidos con JD.

Y más porque en muchos casos ni siquiera les permitió saborear el cargo público.

Y más porque muchos fueron debut y despedida, probaditas de gloria que ninguna gratitud alentaron.

Y por tanto, muchos de ellos resentidos, lastimados, heridos, vejados.

El estilo personal de gobernar y ejercer el poder descarrilado por completo, entre otras causales, a que JD llegó al trono sin la experiencia suficiente que solo alcanzan los hombres maduros, pero más los fogueados en la adversidad, y que les permite enaltecer el destino social con prudencia y serenidad.

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