Ahorca el gobierno de Veracruz a la Universidad Veracruzana con retención de fondos.
Según el mandatario, las aportaciones a la institución dependen de la situación financiera del estado.
Catedráticos y alumnos, víctimas de secuestros, asesinatos, lesiones y ataques en línea.
Por Eirinet Gómez/La Jornada
El desorden financiero del gobierno estatal y la inseguridad que golpea a la entidad han alcanzado a la Universidad Veracruzana (UV).
Entre agosto de 2013 y septiembre de 2015 los fondos retenidos por el gobierno de Javier Duarte de Ochoa a la institución aumentaron de 867.9 a 2 mil 58.6 millones de pesos, correspondientes a recursos federales y estatales derivados de diversos convenios para el periodo 2008-2015.
En el segundo informe de actividades 2014-2015 de la rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, se desglosa el crecimiento de los adeudos: 867.9 millones de pesos en agosto de 2013; 894.3 millones de pesos a diciembre de 2013, mil 8 millones a diciembre de 2014 y 2 mil 58.6 millones a agosto pasado.
«La complicada situación financiera» en que se ha puesto a la UV ha causado que los planes de crecimiento se vean «forzosamente limitados», y que las relaciones entre la institución y sus proveedores de bienes y prestadores de servicios hayan sufrido «un fuerte impacto», dijo Ladrón de Guevara en su informe, el 7 de septiembre pasado.
Con una matrícula de 79 mil 180 estudiantes e influencia en Chiapas y Oaxaca, la institución ejerce un presupuesto de 4 mil 677.4 millones de pesos, de los cuales 2 mil 465 millones (52.71 por ciento) deben ser aportados por el estado y 2 mil 117 millones de pesos (47.29 por ciento) por la Federación.
El gobernador Javier Duarte de Ochoa ha minimizado este problema. Explicó que las aportaciones que hace el gobierno del estado a la casa de estudios forman parte de un convenio de apoyo que cada año firman el Ejecutivo Federal y la UV, el cual estipula que las aportaciones a la universidad se harán «de acuerdo con las posibilidades» del gobierno estatal.
Duarte de Ochoa dijo en una conferencia el 7 de septiembre que su administración ha otorgado a la UV 10 mil 164.9 millones de pesos vía subsidio, mientras el gobierno federal le ha dado 10 mil 157.7 millones.
En lo que va de 2015, precisó el gobernante, la UV ha recibido mil 460.9 millones de pesos, de los cuales 278.8 millones son de subsidios estatales y mil 182.1 millones, federales.
«Si la pregunta es: ¿cuánto le debe el gobierno de Veracruz a la UV?, la respuesta es: nada. No le debemos nada; nosotros contribuimos de manera generosa y solidaria, subsidiando a la UV», respondió.
Para Hilario Barcelata Chávez, coordinador del Observatorio de las Finanzas Públicas de la UV, el dinero que la administración de Veracruz debe entregar a la institución «no es concesión ni gracia divina; se trata de un recurso presupuestado. Y, por tanto, si no se paga, se debe».
La retención de recursos «es histórica y alarmante. En más de 25 años que he trabajado para la universidad no recuerdo una situación de esta naturaleza», señaló.
Las principales consecuencias, advirtió, se observan en el pago de nómina, la suspensión del mantenimiento a los edificios, la cancelación de proyectos de expansión de los espacios educativos y la reducción de publicaciones.
Para Barcelata Chávez, es claro que la retención de recursos «es un atentado a la producción del conocimiento y a la base del desarrollo del estado. En la medida en que el estado limita los recursos para el funcionamiento de la institución educativa atenta contra el corazón de la estrategia de desarrollo, porque sin educación no hay desarrollo».
La inseguridad que ubica a Veracruz entre los 10 estados con mayor número de secuestros y extorsiones es otro factor que ha trastocado la vida universitaria en meses recientes.
El 7 de junio, hombres embozados y con chalecos tácticos irrumpieron en un domicilio y atacaron con machetes, bates, bastones y armas largas a alumnos y ex alumnos de la UV.
El 10 de agosto, dos académicos fueron secuestrados y fueron liberados después de que sus familias pagaron un rescate.
El 22 de agosto, Rafael Martínez Rivera, estudiante del campus Poza Rica de la UV, fue asesinado en un autobús de la línea Enlaces de Oriente cuando se dirigía a Tulancingo, Hidalgo.
Asimismo, la comunidad universitaria ha sido víctima de agresiones en las redes sociales, lo que incluye una cuenta falsa de la rectora de la UV en Twitter y correos difamatorios contra académicos e investigadores críticos.