Por Luis Velázquez/Expediente 2016
Javier Duarte, JD, está terminando el sexenio como un gran escapista. El gran escape de la realidad avasallante.
Por ejemplo, ahora vacaciona en Houston. Partió antes del domingo 31 de enero, cuando en Xalapa, los líderes nacionales del PAN, Ricardo Anaya, y del PRD, Agustín Basave, aseguraran en discurso público que “los gobiernos priistas han hundido durante 86 años a uno de los estados más ricos del país”.
Y cuando el presidente del CDE del PAN, José de Jesús Mancha, anunciara “a la pandilla de Javier Duarte… que la justicia los alcanzará”.
“Enfoca bien tu camarita, Javier, le dijo Mancha, porque desde aquí te decimos que tienes las horas contadas”.
“Estamos hartos” exclamó Ricardo Anaya en el cierre de su discurso.
Todos ustedes, le dijo Miguel Ángel Yunes Linares como candidato a la mini/gubernatura por la alianza PAN y PRD, “pararán en Pacho Viejo… por todas las tropelías que han cometido”.
Mientras, JD, dejó hacer y dejó pasar, como si nada le importara, sumido quizá en la depre política, el nombramiento de Felipe Amadeo Flores Espinoza como presidente del CDE del PRI.
También JD escapó de la realidad cuando en el homenaje a Fernando Gutiérrez Barrios en Boca del Río le avisaron que ahí estaba la señora Araceli Salcedo, la madre de Fernanda Rubí, secuestrada en septiembre del 2012 en Orizaba, y quien lo encarara frente a frente, cara a cara.
Entonces, envió como representante al líder de “Los bembones”, Ramón Ferrari Pardiño, secretario, por segunda ocasión, de Desarrollo Agropecuario, y desde donde busca la curul local pluri para amarrar impunidad.
Además de que también plantó a las ONG de familias de desaparecidos en la ciudad de México, donde dialogarían, y nunca siquiera tuvo la entereza ni la integridad ni de enviar un representante ni tampoco de excusarse.
Y es que JD hizo todo, hasta lo inverosímil, para imponer a uno de sus “compañeros de proyectos” como candidato priista a la mini.
Incluso, hasta lanzó a sus candidatos independientes pensando en que de tal forma restarían votos en las urnas a quien era el inminente candidato aliancista, como es Miguel Ángel Yunes Linares.
Es más, llevó ex profeso a Alberto Silva Ramos a la presidencia del CDE del PRI para amacizarlo como posible, pero ni hablar, “El cisne” mostró su fuerza guerrera, que es la de un simple totol de rancho.
Así, y ante su derrota manifiesta de imponer sucesor, JD elude la realidad como sucede a todos los enfermos depresivos.
EL GÓBER HUYE DE LOS PROBLEMAS
Desde que Veracruz empezara a pudrirse en materia de seguridad y luego de impunidad y después con la deuda pública y de inmediato con el grito callejero reclamando pagos pendientes hasta llegar a la madriza a los pensionados, JD se volvió un escapista.
Ninguna duda habría que tal cual era desde antes, y por eso mismo, el góber fogoso lo habría preferido como sucesor.
Un psiquiatra, por ejemplo, diría que JD comenzó el sexenio eludiendo los graves pendientes.
Y después mudó a la indiferencia.
Y entre más se fueron agravando las circunstancias (Veracruz, “el peor rincón del mundo para el ejercicio reporteril”, Veracruz, “el cementerio de migrantes más largo y extenso del país”, etcétera), se volvió indolente hasta llegar al valemadrismo y el pitorreo, por añadidura, como una forma cínica de soslayar sus deberes constitucionales.
De pronto, gran escapista, más se volvió cuando trascendiera el enriquecimiento ilícito de algunos de sus empleados, de tal manera que, primero, despidió a dos de ellos (Gabriel Deantes y Édgar Spinoso) “por defraudar mi confianza”, y luego, al quinto titular de la Sefiplan, Mauricio Audirac, que porque se chingó una lana, y ni aun así, pudo descarrilar la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación en la PGR en contra de 19 duartistas por irregularidades en el destino de los recursos federales.
Huyendo de los problemas, y de lo que el senador Pepe Yunes llama “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política”, JD se ha vuelto el escapista, el prófugo de la realidad, más contumaz del país.
La cárcel lo espera han advertido Miguel Ángel Yunes Linares, Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla, pero también, Juan Bueno Torio, Cuitláhuac García y Elías Miguel Moreno Brizuela, menos Gerardo Buganza Salmerón.
UN HOMBRE SOLITARIO EN PALACIO
Yunes Linares basa su campaña electoral en el rafagueo discursivo de todos los días en contra del duartismo.
También, claro, Juan Bueno y Cuitláhuac García. Quizá Brizuela.
Mucho se duda, no obstante, que Yunes Landa le entré al bombardeo, pues en todo caso, uno y otro son priistas, y aun cuando nunca Héctor fue candidato de JD, se empalman tanto el tráfico de influencias como el conflicto de intereses.
Con todo, incapaz de frenar las R-15 discursivas y hasta mediáticas, pues muerto el rey, viva el rey, JD, tan proclive a la inestabilidad emocional, bipolar, irascible, rencoroso y vengativo, fuera de control, más escapista se volverá.
Será así, y de acuerdo con la cultura política, el hombre más solitario de palacio, el tiempo cuando todo el poder político, económico, social, legislativo, judicial, mediático y hedonista se evapora.
Y, lo peor, con vientos huracanados en contra, que nunca tuvieron, por ejemplo, Fidel Herrera, Miguel Alemán, Patricio Chirinos, Dante Delgado y Fernando Gutiérrez Barrios.