Comentarios del ex embajador de México en Estados Unidos sobre el libro “La Seguridad Nacional de México”, del Almirante José Luis Vergara Ibarra, donde participó en su presentación el pasado 3 de abril en el Palacio de Bellas Artes, junto con Jaime Labastida, Juan Silva Meza, Leonardo Curzio y el autor del libro.
El libro hace también una observación profunda y consecuente sobre la actualidad: “la principal amenaza a la que se enfrentan los gobiernos de las naciones y su población no son los estados externos”.
Mensaje del Dr. Miguel Basáñez:
Quiero dar las gracias en primer lugar a Jaime Labastida por haberme invitado a comentar esta obra. Me deja ver que detectó agudamente la pasión que comparto con el autor por la medición y los modelos matemáticos. El autor merece una felicitación muy efusiva por esta obra: hace una aplicación muy rigurosa del método científico; mantiene una claridad de exposición notable a pesar de la complejidad técnica del tema; sostiene en todo tiempo la robustez de sus planteamientos; es muy cuidadoso en el desenvolvimiento de sus argumentos, caminando sobre hielo frágil desde su posición como funcionario público; es muy pródigo en el manejo de datos y fuentes; da la debida importancia a documentar cada paso, lo cual es muy valioso en este tipo de ejercicios para lograr su replicabilidad.
El libro tiene una estructura limpia, potente y sencilla de cinco capítulos apoyados por 25 apéndices. Su objetivo es muy puntual: construir un modelo matemático multifactorial de simulación (p. 142). Combina el enfoque sistémico con el de redes bayesianas (p. 148-9) y hace un análisis empírico objetivo basado en 138 variables (p. 245). Culmina en el Índice de Seguridad Nacional de México (ISNM).
Para dar marco a su ejercicio, el autor destaca que los analistas han usado desde 2 hasta 236 variables (p. 65). Nos comparte que, en el primer intento de medición en 1741, el berlinés Submilch usó dos variables para crear su índice de poder nacional y así nació la disciplina: multiplicó población por superficie por densidad poblacional.
En el capítulo primero hace un recuento histórico político del tema y del concepto; en el segundo, el más extenso, revisa 9 propuestas de marco conceptual en el mundo para arribar a su tesis central de los 8 factores como corazón del ISNM: militar, político, eco-nómico, social, ambiental, societal, humano y de género; en el tercero, detalla la metodología y parte de una hipótesis que busca comprobar o reprobar: “la seguridad nacional de México es adecuada” (p. 150); en el cuarto, presenta los resultados que sintetiza en una sola palabra: ”incierto” (p. 177); y, en el quinto, discute esos resultados y sus implicaciones, para arribar a 7 prioridades que requieren atención urgente: rechazo a la impunidad, educación, fuga de talentos, derechos humanos, estado de derecho, pobreza y declive económico.
El autor destaca atinadamente que el declive gradual de la hegemonía americana (p. 97), es la variable internacional más influyente en el mundo actual y especialmente para México. Situación que se agrava, agregaría yo, por un presidente estadunidense que odia a nuestro país y los mexicanos y, de poder hacerlo, convertiría a México en la Cuba del Siglo XXI.
El libro hace también una observación profunda y consecuente sobre la actualidad: “la principal amenaza a la que se enfrentan los gobiernos de las naciones y su población no son los estados externos” (p. 89).
Aunque las fuerzas armadas mexicanas tuvieran 2 o 3 millones de miembros activos, el país no tendría posibilidad de enfrentar de manera convencional el poderío militar americano, chino o ruso. Entonces ¿cómo debe definirse la seguridad nacional? ¿Se da por descartada una agresión militar de cualquiera de las súper potencias mundiales, pero en especial de los Estados Unidos?
La doctrina Monroe y los infructuosos intentos de EEUU por invadir a Cuba así lo sugieren. Si Trump tornara en agresión militar sus constantes bravatas y amenazas ¿acudiríamos a China o a Rusia para pedir ayuda? ¿Es este un escenario irreal? Entonces ¿debiéramos definir Seguridad Nacional como la supervivencia humana en el país? O sea, desarrollo humano integral sostenible como sinónimo de seguridad nacional.
Lo anterior evidencia la relevancia de considerar el enfoque multifactorial que el autor propone. Subraya como ejemplo la autosuficiencia alimentaria que es la primera dentro de las cuatro principales amenazas para la seguridad económica de un país (p. 99), por no mencionar todo el nuevo arsenal de amenazas cibernéticas y de redes sociales para influir procesos electorales, bursátiles o de movimientos sociales o políticos, como se ha visto en diversos países en el último par de años.
La visión integral de país que plantea el autor y las mediciones de su ISNM, recuerdan la importante función que tuvo la Secretaría de la Presidencia del sexenio de López Mateos al de Echeverría como integradora de una visión nacional para el gobierno federal. Lamentablemente se politizó al cambiar a Secretaría de Programación y Presupuesto con López Portillo, hasta su eliminación en la presidencia de Zedillo.
El autor arriba a dos conclusiones muy sugerentes. Primera, que “no existe mejor y más rico recurso para cualquier nación que su recurso humano” y sus valores (p. 247) y, segunda, que “México está llamado a convertirse, en los próximos decenios, en una gran potencia” (p. 249). Ambas parecerían frases trilladas, pero no los son. Me explico.
El potencial para convertirnos en una potencia lo captura con tino el autor desde el inicio del libro (p. 39) al listar que ocupamos el lugar 9 en petróleo, 11 en población, 13 en ex-tensión, 14 en economía y en mega diversidad, 16 en inversión extranjera y con un 70% de exportación de manufacturas.
Aún más, si sumamos la producción de los mexicanos y sus empresas, tanto en México como en los Estados Unidos, nuestra economía ocuparía el lugar 6 en vez del 14 de la lista. Es decir, el potencial lo tenemos ¿qué falta? Falta liberar el potencial productivo del recurso humano, de las personas, que se ilustran con las repetidas historias de éxito de los migrantes mexicanos a los EEUU.
Respecto a cómo liberar al recurso humano de sus ataduras, es muy importante el estu-dio de 120 países que publicó el Banco Mundial en 2010 titulado ¿Dónde está la Riqueza de las Naciones? Ahí se analizan las tres fuentes de riqueza de las naciones: la natural, la producida y la intangible. La natural, que es la suma de todos los recursos naturales de un país y que aporta en promedio un 5% de la riqueza; la producida, que es la suma de toda la actividad económica y que aporta en promedio un 18%; y la intangible, que aporta el restante 77%.
La riqueza intangible tiene dos componentes: uno, la calidad del sistema educativo, es decir, el forjador de las capacidades del recurso humano (25%); y dos, la calidad del sistema legal, es decir, el forjador de las conductas del recurso humano (52%). En síntesis, como lo afirma el autor, educación y legalidad (como sinónimo de cero impunidad y cero corrupción), son centrales para el éxito del país. En una frase: entrenamiento e incentivos adecuados para innovar. ¿Por qué para innovar? Porque ahí es donde los huma-nos depositamos nuestro potencial creativo que propulsa la economía y el bienestar.
Para terminar, quisiera someter a la consideración del autor tres sugerencias y tres du-das. Primera sugerencia, elaborar una tabla resumen que presente el resultado general y el de los 8 factores en una sola figura; segunda, evaluar la posibilidad de continuar este valioso Índice hacia un modelo dinámico de simulación sistémica, tal vez en la línea de aquel desarrollado por Donella Meadow y Jay Forrester en los 70’s para el reporte del Club de Roma, Los Límites del Crecimiento. Ya está hecha toda la obra negra con el ISNM. El resto sería relativamente sencillo; tercera, buscar la forma de institucionalizar este ejercicio dentro de SEMAR, o en Los Pinos, o en el Congreso, o como organismo autónomo. Es muy valioso y debe dársele permanencia. Hay varios mexicanos valiosos que han trabajado en el tema y podrían sumarse a la tarea.
Pregunto tres dudas menores: 1 – ¿Por qué se utiliza el término creencia en el capítulo de resultados y en el anexo 22 en vez de resultado, valor o coeficiente para cada factor?; 2 – Respecto de los expertos ¿fueron anónimas sus respuestas individuales? ¿Cuántos en total participaron: 66 (13+6+6+6+7+8+ 6+6+8)? ¿Se podría conocer la lista de nombres o sus instituciones?; y 3 – Respecto de los resultados, hubiera esperado un valor negativo en el factor de género y me sorprende un valor tan elevado de .95 solo en el factor militar. En este factor ¿habrá influido el uso del concepto de seguridad en el resultado? ¿Cambiaría la evaluación si se utiliza el sinónimo plateado arriba desarrollo humano integral sostenible?
Concluyo con tres coincidencias personales que tal vez clarifican nuestras preocupaciones compartidas. Primera, los dos nacimos en pequeños pueblos de la Huasteca (Nuevo Necaxa y Tuxpan); segunda, nuestra pasión por medir expresada en tres de los libros que me ha publicado Siglo XXI (El Pulso de los Sexenios, Encuesta Mundial de Valores y Un Mundo de Tres Culturas); y, tercera, nuestra predilección por el mar; el autor por destino, en mi caso por origen.
Conducir a un país es como navegar: a veces a pleno sol y buen tiempo y a veces en la oscuridad y con tormenta. Que mejor para el buen navegante que poder tener instrumentos precisos que informen del rumbo, de las condiciones, de los peligros, de las oportunidades. Esto es lo que logra el autor con la construcción del Índice de Seguridad Nacional de México, el ISNM. Mis felicitaciones muy sinceras.
Miguel Basáñez
Palacio de Bellas Artes
Sala Manuel M Ponce