Asuntos michoacanos
Por Andrés Timoteo/Texto Irreverente
El fin de semana el gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa viajó a Michoacán para reunirse con su homologo de aquella entidad, el perredista Silvano Aureoles Conejo pero algo que no encaja del todo en la lógica del encuentro entre ambos funcionarios. En primer lugar, según el comunicado de prensa del gobierno michoacano, la reunión fue para “compartir experiencias sobre políticas públicas en materia de desarrollo social, agropecuario y económico”. ¿No es como para saltar de risa?. Es una mentira contada como verdad pública y todo veracruzano lo sabe.
Aureoles está empezando su gobierno en Michoacán y se deduce, entonces, que Duarte sería quien le compara experiencias en el ejercicio gubernamental. Si es así, está jodido. ¿Qué puede enseñar Duarte de Ochoa en materia de gobernanza?. Nada. En desarrollo social generó medio millón de pobres, en el tema agropecuario el campo está abandonado, la migración imparable y la miseria junto con el crimen organizado reina en las zona rurales. ¿Y en el tema económico?. Ahí está peor, dejará a Veracruz con una deuda pública superior a los 100 mil millones de pesos, un gobierno paralizado que no tiene ni para pagar la nómina mientras que el saqueo financiero es el paradigma del sexenio.
Por eso la mentira del comunicado se cae por sí sola. La realidad es que entre Aureoles y Duarte solo pueden hablar de tres cosas: la red de peleterías La Michoacana que hay en Veracruz, el narcotráfico que domina todas las esferas públicas en ambos estados y obvio, las cuestiones electorales para el 2016, y esto último fue precisamente lo que trataron en dicho encuentro. Duarte de Ochoa fue a Morelia para pedirle –suplicarle – a Aureoles Conejo que intervenga para bloquear la alianza electoral que se construye entre los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN) que llevará como candidato a la gubernatura veracruzana al diputado federal, Miguel Ángel Yunes Linares la pesadilla más grande de Duarte y de su impresentable antecesor.
Antes de llegar a la gubernatura de Michoacán, cargo que inició apenas el pasado primero de octubre, Aureoles ocupó escaños en la Cámara de Diputados y el Senado de la República donde fue vicecoordinador de bancada y apoyado por la corriente de Los Chuchos en el PRD también tuvo papel protagónico en ese partido.
Ahora como uno de los pocos gobernadores perredistas del país, conserva una voz al interior de ese partido y esa es la razón por la que Duarte fue a convencerlo para que se pronuncie en contra de la coalición PAN-PRD y ayude a bloquearla.
¿Qué le ofreció?. Habrá que imaginarlo porque con el nuevo endeudamiento que a finales de octubre aprobó el congreso para Veracruz, Duarte tendrá en breve 21 mil millones de pesos –alrededor de mil 230 millones de dólares- para financiar los gastos electorales del priísmo. Entonces, nadie dude que el cordobés haya ido con la chequera en mano para convencer a Aureoles Conejo que se sume a su causa contra la alianza azul-amarilla. Y también significa que todas las estratagemas hechas a nivel local hasta el momento no le han funcionado para abortar dicho proyecto electoral.
Ni los desplegados en la prensa nacional, ni los sobornos a perredistas rojos ni las amenazas contra ediles del Sol Azteca.
Los afanes del gobernante veracruzano – eso de ‘gobernante’ es una ironía, la gente lo entiende- contra esa coalición de fuerzas son bochornosos y desesperados l grado de que él mismo ha tomado en sus manos la cruzada. En discursos y en acciones tiene en su mente a Yunes Linares, es el fantasma que se pasea en sus terrores nocturnos y diurnos. Y no solo eso, sino también es quien le fija la agenda político-electoral. En efectos reales, la estrategia electoral de palacio de gobierno gira en torno a Yunes Linares más en el futuro candidato priísta.
Por cierto, no es probable que se cumpla el vaticinio de algunos analistas que han considerado un eventual retiro de Yunes Linares de la contienda en el 2016 si su primo, el priísta Héctor Yunes Landa, asume la candidatura del tricolor. No lo hará porque actualmente Yunes Linares lidera las mediciones demoscópicas sobre cualquier otro actor político, sea priísta o panista y sus posibilidades de triunfo son superiores a las de cualquier abanderado que ponga el Revolucionario Institucional. Se tendrá, si acaso, una campaña más tersa si ambos parientes compiten pero eso no aleja la sombra de la derrota electoral que se cierne sobre el tricolor.
EL ACCIDENTE HISTÓRICO
Hay algunos datos que aun cuando parezcan chistosos no deben soslayarse porque son trazos de cómo se gobierna –sigue la ironía- Veracruz, con ocurrencias y complicidades. Por ejemplo, los políticos priístas se burlan mordazmente del respaldo que el gobernante en turno le ha dado al ineficiente Arturo Bermúdez Zurita para permanecer en el cargo luego de las versiones de que sería relevado del mismo. Un priísta jalapeño, viejo integrante del sistema, lo dice de forma lapidaria: “es más probable que corra a la primera dama a que despida a Bermúdez”. ¿Pues qué le sabe el defeño al veracruzano o qué le debe éste último?. Ya se sabrá terminando el sexenio, todo sale a flote tarde o temprano.
Por allá en el 2011, el directivo de un periódico de circulación nacional fue quien le dijo directamente al gobernante veracruzano que dejara de escribir en las redes sociales desde sus cuentas personales porque eso le causaba más daño que cualquier otro ataque de sus opositores y críticos de su administración. El mismo directivo lo contó a sus amigos aunque el consejo solo fue seguido tres años pues ahora Duarte de Ochoa volvió a treparse en las carreteras virtuales para seguir regando el tepache.
Sea en el ciberespacio o en el mundo real, el transmitir posiciones de gobierno o de ideología personal, es un arte que se ha ejercido siempre desde el quehacer político. De ahí que se necesitan políticos cultivados, informados, dotados en el manejo del lenguaje, en el debate público e incluso en la retórica. Nada de eso tiene Duarte de Ochoa quien salió malo para gobernar y para comunicar. También es pésimo hasta para pelear porque los golpes que lanza se le vuelven en contra. Nada de lo que hace es efectivo y eso no significa más que él mismo –Duarte- es un accidente en la historia política de Veracruz, decía el periodista, y le asiste la razón. Ah y ya faltan 351 días para que termine ese accidente histórico.