Científicos han hallado virus viables a una distancia de 4,8 metros de pacientes infectados con COVID-19, lo que es una nueva evidencia de la transmisión aérea de la enfermedad
Todavía falta por confirmar que esos virus puedan infectar a personas sanas. De ser así, la recomendación de mantener dos metros de distancia no bastaría para evitar el contagio, especialmente en espacios cerrados
Abc Ciencia
El pasado 5 de julio un grupo de 239 científicos envió una carta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidiéndole que reconsiderase sus directrices según las cuales el coronavirus no se transmite por vía aérea. Los expertos argumentaron que hay considerables pruebas de que el patógeno puede infectar a través de pequeños aerosoles, y que no solo se transmite cuando dos personas están cerca y hablan o estornudan sin hacer uso de la mascarilla, expulsando grandes partículas de aerosoles. La OMS evaluó estos argumentos, pero su respuesta oficial fue que no hay suficientes pruebas de que los virus que flotan en los aerosoles pequeños sean viables y capaces de infectar.
Ahora, un grupo de científicos ha logrado demostrar precisamente que los virus que flotan en los aerosoles son viables e infectivos. En una prepublicación, todavía no revisada por pares, investigadores de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, han presentado pruebas de que hay virus viables en el aire hasta una distancia de cinco metros de pacientes infectados con COVID-19, mucho más allá de la separación de dos metros recomendada por las medidas de distanciamiento social.
«Esta es prueba que la gente estaba reclamando», ha dicho para « The New York Times» Linsey Marr, experta en enfermedades virales de transmisión aérea no implicada en el trabajo. «Es una evidencia inequívoca de que hay virus infectivos en esos aerosoles». «Si esta no es la prueba definitiva», dijo Marr en Twitter, «entonces no sé cuál puede ser».
José Antonio López Guerrero, virólogo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC) ha recomendado mantener la prudencia ante estos resultados: «Siempre será mejor pasarse de cautos que dejar la posibilidad de la transmisión a distancia sin estudiar», ha comentado a ABC. «Pero es necesario confirmar estos resultados en otros entornos y por otros grupos de investigación. Sus implicaciones sobre las distancias de seguridad serían muy importantes».
Virus con capacidad de infectar células
Al comienzo de la pandemia se observó que la presencia del virus viables en salas de pacientes de COVID-19 era baja. Finalmente se concluyó que el SARS-CoV-2 se transmite sobre todo a partir de partículas de aerosoles grandes, mayores a cinco micrómetros (un micrómetro es la milésima parte de un milímetro), lo que limita su duración en el aire y su «alcance» desde una persona infectada. Lógicamente, estó podría explicar su baja presencia en el aire de las salas donde hay pacientes.
Otra posibilidad es que el proceso de captura de los aerosoles, para hacer experimentos, dañe a los virus y les haga perder su poder infectivo. Por eso, en esta ocasión los científicos desarrollararon una nueva técnica para capturar los aerosoles y transferir su contenido a un líquido rico en sales, azúcar y proteínas, con la finalidad de preservar a los patógenos.
Los investigadores recogieron muestras de aire en habitaciones dedicadas a pacientes de COVID-19 en el hospital Health Shands, de la Universidad de Florida. Ninguno de los pacientes fue sometido en ese tiempo a tratamientos capaces de generar aerosoles, una vía que desde los comienzos de la pandemia la OMS consideró una forma de tramisión aérea en entornos hospitalarios.
Para evaluar el «alcance» de los aerosoles, recogieron las muestras a dos y cinco metros de los pacientes, y después comprobaron si el contenido de las gotas bastaba para infectar células en placas de laboratorio.
74 virus por mililitro de aire
Gracias a esto, los científicos detectaron un total de 74 virus por mililitro de aire. Como el aire de las habitaciones se cambia seis veces cada hora y las instalaciones del Health Shands están equipadas con radiación ultravioleta y otras medidas para inactivar al virus, el virólogo John Lednicky ha dicho que es de esperar que en espacios peor ventilados se acumulen muchos más virus.
Por otro lado, la viróloga Angela Rasmussen ha dicho en «The New York Times» que duda de que esa concentración de virus baste para infectar a alguien: «La única conclusión que puedo sacar de este artículo es que puedes cultivar virus viables del aire. Lo cual no es poca cosa».
¿Bastan los dos metros de distancia?
Para Robyn Schofield, química atmosférica de la Universidad de Melbourne, en Australia, lo más relevante del estudio es lo que implica para las recomendaciones de mantener la distancia social: «Sabemos que en espacios cerrados, esas distancias ya no sirven».
Tal como ha recordado, un aerosol puede atravesar una habitación en cinco minutos, incluso si el aire está quieto. Por tanto, según ella, la distancia de seguridad es «equívoca, porque la gente piensa que está protegida en espacios interiores, cuando realmente no lo está».
Para Seema Lakdawla, experta en virus respiratorios de la Universidad de Pittsburgh, estos hallazgos deberían hacer que se pusiera atención en medidas como la mejora de la ventilación: «Todos sabemos que este virus se puede transmitir de todas esas maneras, pero solo nos hemos centrado en una pequeña parte».
Hasta ahora, la OMS se ha enfocado en la transmisión del virus a través de grandes partículas de aerosoles, expulsadas desde personas infectadas hasta una distancia moderada. Por eso, según Lakdawala, cuanta mayor distancia se pueda mantener, mejor. Por el momento, se desconoce cuántos virus harían falta, y en qué condiciones, para que se produjera un contagio por vía aérea.