Se cumplieron 97 años del nacimiento de Jesús Reyes Heroles, ilustre tuxpeño y hombre universal

Su actividad intelectual deja huella en diferentes campos: como político, como historiador, pensador, ideólogo, escritor, orador, educador y servidor público; su trayectoria es difícil de superar. Hombre de pensamiento y acción.

Por José Garcilazo Bedolla

Aproximación biográfica de Jesús Reyes Heroles

Jesús Reyes Heroles nació el 3 de abril de 1921, en la ciudad de Tuxpan, Estado de Veracruz, México. Sus padres fueron Jesús Reyes y Juana Heroles. Su educación y formación tuvo lugar en su ciudad natal, así como en las de Tampico, Ciudad Victoria, San Luis Potosí y la capital del país. Realiza estudios de posgrado en las universidades argentinas de Buenos Aires y la Plata, así como en el Colegio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires. Hasta la década de los cuarenta, dedicó su vida al estudio y formación intelectual, a partir del análisis de los clásicos humanistas, teólogos, ilustrados y liberales de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.

En 1951, se une en matrimonio a Gloria González Garza, con quien procrea a sus hijos Jesús y Federico. La década de los cincuenta, marca el despegue intelectual y político de Jesús Reyes Heroles; la década de los sesenta, atestigua su desempeño como legislador, historiador y administrador público; en los setenta, como ideólogo del partido en el poder y como Secretario de Gobierno. En la de los ochenta, alcanza su consolidación como estadista, al frente de la Secretaría de Educación Pública del país, cuya labor será detenida con su muerte, acaecida el 19 de marzo de 1985, en Denver, Colorado, EE.UU.

La profesión de Jesús Reyes Heroles se inició con la obtención del título de licenciado en derecho en 1944. Concreta su experiencia académica, como docente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Su actividad intelectual deja huella en diferentes campos: como político, como historiador, pensador, ideólogo, escritor, orador, educador y servidor público; su trayectoria es difícil de superar. Hombre de pensamiento y acción resulta un sujeto y objeto de estudio obligado.

Su principal actividad intelectual la orienta al quehacer político. Al propio tiempo que estudia y reflexiona, se expresa oralmente y por escrito; socializa su pensamiento y actúa en los escenarios académicos y públicos. Vincula la teoría con la práctica políticas, poniéndolas al servicio de la República durante los últimos cuarenta años de su existencia, con el propósito de transformar la realidad del país.

El ser y hacer e Jesús Reyes Heroles se hizo sentir fundamentalmente en su patria; aunque su voz fue escuchada también en foros internacionales y sus escritos conocidos y analizados en el extranjero. Sus planteamientos y acciones hicieron escuela para la clase política mexicana; aunque también provocaron controversias dignas de análisis, enriqueciendo la historia de las ideas en América Latina.

El humanismo de Jesús Reyes Heroles

Jesús Reyes Heroles, como humanista que es, piensa e impulsa un humanismo a partir de su concepción antropológica, lato sensu; es decir de “la idea del hombre, como libertad y como justicia en la sociedad” (Gob. del Edomex., 1995: 224). De manera más particular, se refiere al mexicano libre, justo y solidario, prerrequisitos éstos para avanzar hacia la igualdad y bienestar de los hombres, fundamento de lo que él llama “humanismo social”, que “no supone el estudio de los clásicos por ser clásicos, sino por ser humanos; que no desdeña, en aras individualistas, los méritos nacionales, la esencial peculiaridad, pero que tampoco subestima la idea de hombre a lo pintoresco y menos al nacionalismo agresivo” (Reyes, 1975: 351).

Un humanismo de esta naturaleza requiere de instituciones e instrumentos que lo formen, cultiven e impulsen. Es así como Jesús Reyes Heroles le apuesta a la escuela y a la educación humanista. Ésta, según él, “debe enseñar al hombre a saber y a querer, a saber qué es lo que quiere y a querer aquello que sabe que es bueno para sí y sus semejantes”. (Ibíd.: 353). No es partidario de un hombre individualista e indiferente, pues a su juicio “Si algo va contra lo humano, si algo es inhumano es la indiferencia” (Loc. cit.). Por ello, recomienda que frente a ella hay que promover la solidaridad y “relación social”, la integración plena del hombre en la sociedad, para evitar la deshumanización del mismo. En otras palabras, el hombre se humaniza en su interrelación con otros hombres.

La solidaridad es uno de los ejes del “humanismo revolucionario” de Jesús Reyes Heroles y una condición para alcanzar la igualdad entre los hombres. Gracias a ella, según él, la persona supera su individualismo y hace suyos los valores colectivos. En este sentido, afirma que: “Solidaridad es la entrega a los demás, como medio de obtener la plenitud propia, la cabal realización de la personalidad” (Ibíd.: 351). El hombre se humaniza en su relación dialéctica con humanos; rebasa, así, el concepto mismo de solidaridad y lo lleva hasta el de la interdependencia social y, por tanto, humana.

Jesús Reyes Heroles se pronuncia a favor de la solidaridad latinoamericana. Argumenta, al hablar de la política internacional de México, que si bien se debe ser respetuoso y no intervenir en los asuntos internos de otros países, “sí debe haber una solidaridad indisoluble entre los pueblos de América Latina, que, por tener una conciencia común, coincidencias históricas fundamentales y metas que también coinciden en lo esencial, deben luchar por aspiraciones comunes” (Ibíd.: 413). He aquí, una visión humanista latinoamericana de Jesús Reyes Heroles, que lo proyecta como un hombre que promueve la solidaridad, justicia, libertad y democracia en México y demás naciones latinoamericanas.

Al hablar sobre la libertad, Jesús Reyes Heroles lo hace en un sentido amplio y a partir de su doctrina de “liberalismo social”. No concibe la libertad en singular, sino como un conjunto de libertades fundamentales, agrupadas en libertades espirituales y políticas. Estas libertades serán una realidad siempre y cuando exista justicia social; en otras palabras, a todo hombre libre corresponde una sociedad justa; y, a la inversa, a toda sociedad justa corresponden hombres libres y solidarios.

La libertad, para Jesús Reyes Heroles, es resultado o consecuencia del “humanismo social”, puesto que exige el debilitamiento de la desigualdad y el fortalecimiento de la democracia, “para que cada hombre, desenvolviéndose de acuerdo con sus ímpetus interiores, contribuya a encontrar las metas comunes, los ideales generales, y sirviéndose a sí mismo sirva a la colectividad a la que pertenece” (Ibíd.: 350) Por ello, la libertad es un imperativo categórico para el desarrollo a plenitud de todas las facultades del ser humano. Afirma, enfáticamente, que “la vida misma es inconcebible sin la libertad, pues únicamente vive lo que es libre” (Ibíd.: 509).

Es tal la importancia que Jesús Reyes Heroles le otorga a la libertad del hombre que sin ella, “el trabajo, de medio de realización del hombre, se convierte en instrumento enajenante, y el hombre, de ser que piensa y actúa, pasa a ser entidad que obedece, a guarismo inerte” (Loc. cit.). Es decir, deja de ser hombre y se convierte en un número frío del censo de población.

En síntesis, en los escritos de Jesús Reyes Heroles se pueden encontrar sus planteamientos sobre la naturaleza humana. La libertad, justicia, solidaridad e igualdad son valores intrínsecos del ser humano. Por ello, pugna porque la sociedad forme al mexicano y, por extensión, al latinoamericano, así como al hombre en general, con esta axiología humanista, como vía para llegar a lo que denomina “humanismo social y revolucionario”.

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