Por Ángel Álvaro Peña
Nunca una frase del Gobernador Javier Duarte de Ochoa dolió tanto a su amigo Alberto Silva Ramos, como la que dijo el pasado sábado, en Acayucan: “Erick, es un aliado de Veracruz, tiene mi respaldo”. Más claro ni el agua, al Cisne lo desplumaron y hoy, sólo es un ave de mal agüero para el PRI.
En una semana Alberto Silva pasó de ser, el consentido del Gobernador, al más odiado, el apestoso e innombrable en el selecto grupo de los “Niños de la Fidelidad”. Por si al Cisne le quedaba duda sobre el fin de sus aspiraciones a la gubernatura, Duarte dijo en la misma reunión, a modo de epitafio: “él (Erick Lagos), es mi compañero de proyecto”.
La suerte de Silva ya fue decidida por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI y deberá entregar el puesto en los primeros días de enero. Su lugar podría ser ocupado por Ericka Ayala. Su nombramiento, fue un gran error y sus imprudencias golpearon al mismo PRI Nacional.
Alberto Silva pensó que la puntada de exigir pruebas de embarazo a las mujeres que aspiren a cargos de elección popular, sería un hitazo en la prensa, pero en lugar de eso, fue una auténtica lápida para su carrera política. La propia prima del Presidente Peña Nieto y Secretaria General del CEN del PRI, Carolina Monroy del Mazo, le exigió que pidiera una disculpa pública.
En los días siguientes, el Cisne se transformó en avestruz, pues no asomó la cabeza por varios días. Cuando lo hizo, traía un gran golpe en el ojo izquierdo, el cual se lo provocó tras una agitada jornada de copas, pues es un tipo con serios problemas de alcoholismo.
Al final, el propio Gobernador lo obligó a pedir perdón, pero el daño ya estaba hecho y su futuro decidido.
Quienes no sabían quién es realmente Alberto Silva, ahora lo están conociendo. Es claro, que tras el plumaje de un cisne, se escondía un cuervo, capaz de sacar los ojos a cualquiera.
Cabe reconocer que las declaraciones imprudentes, misóginas y discriminatorias contra las mujeres embarazadas, solo fue la gota que derramó el vaso, pues antes, había sido ridiculizado por Miguel Ángel Yunes, cuando intentaron acusarlo de enriquecimiento ilícito, utilizando información falsa.
El segundo tropezón fue cuando exhibió la lista de maestros, que según él, eran aviadores, pero todo resultó otra mentira, pues en su listado había docentes de gran prestigio, muchos de ellos reconocidos por el propio gobierno estatal.
Tras el escándalo que se desató por su actitud misógina, el Cisne intentó justificarse culpando a los periodistas, después dijo que sus palabras fueron sacadas de contexto, pero la verdad es que incluso, en su campaña para diputado federal, se la pasó faltando el respeto a las mujeres, a la familia y a los ancianos.
En un evento que se llevó a cabo en Tuxpan, en un salón del Hotel Plaza Palmas, con más de mil mujeres priístas, Silva Ramos humilló a la esposa del Diputado Federal, Genaro Ruiz Arriaga, lo que generó gran indignación. Su odio por las mujeres no es nada nuevo.
Al pronunciarse contra las mujeres embarazadas, Silva Ramos pensó que estaba en Tuxpan, donde gustaba de humillar a las mujeres y después las premiaba con puestos en el Gobierno, como a Claudia Barragán, que fue nombrada subdirectora de la Jurisdicción Sanitaria y a Marianela Monroy, que le tiene de Jefa en Sedesol. Lo mismo sucedió con Elsa Laura León, que también la colocó en Sedesol.
Después, aprovechando su puesto de Coordinador de Comunicación Social en el Gobierno de Veracruz intentó destruir a la familia del Alcalde de Tuxpan, Raúl Ruiz, publicando en el Periódico Centinela, fotos del Presidente Municipal con una dama de Naranjos, Veracruz. Lo mismo hizo a otros funcionarios que eran sus enemigos políticos.
Alberto Silva odia a las mujeres y sobre todo a la familia, tal vez por viejos traumas que le vienen de infancia. Al final, sus odios y rencores escalaron a la política y esto provocó su caída.
En el PRI sólo ha mostrado uno de los 50 rostros y sombras, pues Alberto Silva Ramos también es conocido como el Dorian Grey tuxpeño, el único que siendo Cisne se transformó en Ave de Mal Agüero.
En cuestión de días Alberto Silva Ramos fue despojado de las plumas de Cisne y paso a ser sólo un ave de mal agüero para el PRI.
“Erick, defiende los intereses del estado en la máxima tribuna de la nación, y estoy seguro, que estará ofreciendo mejores resultados a los veracruzanos”.