Ernesto Ruffo, del PAN, reconoció la trayectoria política y académica de Basáñez. “Es un demócrata”, dijo. “En una encuesta suya realizada en 1989 en el Estado de Baja California sentó las bases para que la primera alternancia política de un gobernante estatal tuviera lugar en México”.
Por Luis Pablo Beauregard/El País
Por casi cinco meses México no tuvo embajador en Estados Unidos, un país con el que comparte más de 3.000 kilómetros de frontera y cuyo comercio bilateral supera los 500.000 millones dólares. Ese vacío desapareció este miércoles cuando el Senado ratificó la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto de nombrar a Miguel Basáñez Ebergenyi como representante del país en Washington. Los senadores aprobaron la designación con 98 votos a favor y tres en contra.
El embajador, originario de Tuxpan (Veracruz), no es diplomático de carrera. Estudio Derecho en la Universidad Nacional y tuvo una carrera política en la década de los setentas y ochentas en el Estado de México, de donde es originario Peña Nieto. Fue fiscal de ese Estado y secretario particular del gobernador Alfredo del Mazo, pariente lejano del presidente. Al apartarse de la política se interesó en los estudios de opinión pública. Realizó encuestas en las elecciones presidenciales de 1988 y dejó la política para dedicarse a la academia. Con maestrías en el Reino Unido y un doctorado en Sociología Política por la London School of Economics se enfocó en dar clases en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), una universidad que educa a la élite local.
Su falta de experiencia en la diplomacia fue una de las críticas más escuchadas en la sesión del Senado. Layda Sansores, del Partido del Trabajo (izquierda), dijo que el Gobierno no se preocupa de que ese cargo sea ocupado por el más experimentado, sino por “los cuates más leales, incondicionales” del presidente. “(Esa embajada) debería estar reservada al miembro más destacada del cuerpo diplomático”, dijo la legisladora.
Ernesto Ruffo, del PAN (derechas), reconoció la trayectoria política y académica de Basáñez. “Es un demócrata”, dijo. “En una encuesta suya realizada en 1989 en el Estado de Baja California sentó las bases para que la primera alternancia política de un gobernante estatal tuviera lugar en México”, recordó Ruffo refiriéndose a él mismo. Ese año, Ruffo se convirtió en el primer candidato que derrotó al PRI en unas elecciones locales.
Hace unos días una senadora transmitió en Periscope, una aplicación de vídeo de Twitter, una reunión privada que el entonces aspirante a la embajada celebró con algunos legisladores como parte del lobby en su favor. A Basáñez se le escuchó hablar entonces sobre Donald Trump y las diatribas que este ha lanzado contra los mexicanos e inmigrantes. El nuevo embajador en Washington cree que el Gobierno debe mantenerse a raya en el tema y no dar al aspirante republicano “un nivel que realmente no tiene”. “En nuestra cultura latina lo primero que se nos ocurre cuando alguien nos ofende es salirnos a pelear…”, dijo Basáñez. Algunos legisladores del PAN reprobaron la estrategia de Basáñez de guardar silencio.
El representante de México en Washington ha prometido trabajar por una frontera segura y empoderar a la comunidad mexicana que vive en Estados Unidos, que se acerca a los 12 millones de personas.